La familia de una niña de tres años, “movediza y brillante”, que se fue a dormir “sana” y amaneció muerta, narró recientemente a la prensa su desazón ante la tragedia y la falta de respuestas.
Eva Rydings, de Oldham, en las afueras de Manchester, Inglaterra, fue encontrada muerta en medio de su propio vómito en la cama que ocupaba en la casa de su abuela el 11 de junio del año pasado. La muerte de la niña no se acaró hasta ahora, y el pasado lunes 13 de marzo tuvo lugar una audiencia al respecto en el Tribunal Forense de Rochdale. Allí se relató que la niña de tres años parecía “sana” y “normal” antes de acostarse, alrededor de las 20:00 horas de la noche anterior. En ese momento, el único rasgo llamativo en la pequeña era una leve secreción nasal.
Durante la audiencia se dejó claro que Eva había dormido en una cama plegable que estaba ligeramente inclinada, lo que significa que su cabeza quizá estaba en un ángulo más alto que el resto de su cuerpo. Sin embargo, ese colchón fue descrito como “muy blando”, y la forense sénior Joanne Kearsley dijo que no había suficiente evidencia para sugerir que esto contribuyó a la muerte de Eva, por lo que la carátula del expediente sigue siendo “muerte por causa desconocida”.
Shaun Casey, padre adoptivo de la pequeña, fue entrevistado por el periódico local Manchester Evening News. Conmovido, dijo que su hija “amaba la vida” y que tenía “mucho por delante” cuando ocurrió la tragedia.
“Ella vino a nosotros a las cinco semanas de edad, y era una niña perfecta”, agregó. “Le encantaba ir a la granja con su madre y su hermana. Estaba loca por Peppa Pig. Tenía muchas ganas de empezar la escuela”, relató.
Para Shaun y el resto de la familia, los meses desde la muerte inexplicable de Eva resultaron duros, y todos demandaron respuestas sobre cómo su pequeña niña se fue a la cama sana para nunca despertarse.
Abigail Cronin, inspectora detective de la Policía de Manchester, también brindo su testimonio en la audiencia del lunes. Dijo que mientras investigaba la muerte de Eva, le informaron que la niña de tres años había pasado la noche en la casa de su abuela, un lugar donde se quedaba con frecuencia.
La uniformada contó que la abuela de Eva la había acostado para pasar la noche en una habitación compartida con otro niño de la familia. Pero alrededor de las ocho de la mañana siguiente, el niño la despertó y dijo que Eva no se despertaba y que “parecía muerta”. Después de encontrar a Eva inconsciente en su cama y rodeada de vómito, rápidamente llamó a una ambulancia y pidió a los padres de la niña que fueran de inmediato.
Los paramédicos llegaron poco después de las 8 a. m. y encontraron a Eva acostada en su cama mirando hacia el techo, mientras Shaun le hacía maniobras de reanimación. Stuart Humphries, del Servicio de Ambulancias, dijo que encontró la boca de Eva llena de vómito y sangre. El profesional contó ante el Tribunal que brindó a la niña “soporte vital avanzado”, pero no apreció ningún cambio en su condición.
Eva fue trasladada de urgencia al Royal Oldham Hospital en una ambulancia aérea, donde lamentablemente fue declarada muerta.
La doctora Gemma Petts, patóloga pediátrica que llevó a cabo la autopsia de Eva, dijo que encontró en la sangre rastros de “varios virus”, incluidos los de la neumonía y el estreptococo A. Sin embargo, sostuvo que eso era “normal” y que no creía que fuera lo suficientemente significativo como para contribuir a la muerte de la menor.
“No es del todo imposible que Eva tuviera una infección con estreptococo del grupo A, porque tenía neumonía. Pero para decir que ese tipo de infección pudo llevarla a la muerte, sería esperable ver evidencia mucho más severa de inflamación”, dijo. Además, informó al Tribunal que la autopsia revelaba las causas por las que Eva había vomitado, pero no esclarecía por qué había sido “incapaz de alejarse” del vómito, ni aportaba una causa concluyente para el óbito.