Si usted es una de esas personas que teme ir a la consulta del dentista, y a las que el zumbido del torno les pone la piel de gallina, quizá lo mejor sea que no siga adelante con la lectura de este artículo: imagínese ir a un odontólogo para un procedimiento de rutina, como un empaste dental, y luego escuchar que es posible que tengan que extirparle parte de un pulmón.
Eso es exactamente lo que le sucedió este mismo mes a Tom Jozsi, un hombre de 60 años residente en Illinois, Estados Unidos. Se recostó en el sillón del dentista para que le colocaran una amalgama, y lo siguiente que supo fue que se había tragado una mecha del torno. Eso habría sido bastante malo, considerando que la filosa pieza metálica podría perforarle el tubo digestivo. Sin embargo, una tomografía computarizada mostró que no se había tragado la broca, sino que la había inhalado y estaba alojada en un pulmón.
“Realmente ni siquiera la sentí bajar, solamente me dio tos”, dijo Jozsi en declaraciones a WISN 12 News.
Un equipo de neumólogos atendió al paciente, y en primera instancia probaron a quitar la broca dental con endoscopios normales, pero la pieza había alcanzado un lugar muy profundo dentro del órgano. Obviamente, Jozsi comenzó a preocuparse, especialmente después de que le dijeron que si dejaban la mecha allí, probablemente tendrían que extirpar parte de su pulmón.
“Ese cuerpo extraño había estado en la boca y las bacterias bucales son las más virulentas y agresivas. Si están allí (en el pulmón) crearán después un absceso, por eso había que deshacerse del objeto lo antes posible”, explicó el neumólogo Abdul Hamid Alraiyes en declaraciones a la cadena noticiosa CNN
Cn el paso del tiempo el paciente desmejoró y comenzó a toser con sangre. Los médicos se prepararon para una cirugía mayor urgente, pero por suerte la creatividad evitó que se llegara a tan invasivo procedimiento. Alraiyes y su equipo decidieron recurrir a una broncoscopia robótica, procedimiento que normalmente se usa para detectar pequeños nódulos de cáncer de pulmón. El “invento” dio resultado y al cabo de 90 minutos la broca estaba fuera del cuerpo del paciente
Tom Jozsi se recuperó por completo e incluso tiene la mecha en un estante en su casa, como recuerdo del momento en que un accidente absurdo casi le cuesta caro.