En Uruguay casi el 80% de la población tiene dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, y el 47.5 % tiene tres dosis. El Ministerio de Salud Pública (MSP) ha hecho énfasis en la importancia de la dosis de “refuerzo” frente al avance de la variante ómicron, detectada a fines de 2021 en nuestro país.
Álvaro Díaz, inmunólogo, docente e investigador de la Facultad de Química de la Universidad de la República, elaboró un informe en el que analiza las características de este linaje en relación a las vacunas y a la situación sanitaria actual.
En el informe, al que accedió Montevideo Portal, Díaz señala que “la actual ola de contagios por variante ómicron nos muestra que la aspiración a llegar a la (famosa) inmunidad de rebaño no era realista: la capacidad de las vacunas de frenar la transmisión se degrada mucho cuando aparece una variante más transmisible y/o que escapa significativamente a los anticuerpos generados por las vacunas en uso (y ómicron cumple con las dos condiciones)”. “Esto no quiere decir que las vacunas no estén protegiendo nada contra la infección por la variante ómicron: los ensayos de laboratorio predicen que, en particular, 3 dosis de la vacuna de Pfizer (cuando la última dosis es reciente) deberían dar buena probabilidad de estar protegido contra la infección”, dice el texto.
Más allá de lo anterior, el inmunólogo destacó que “la vacunación nos está protegiendo de una ola de ingresos a CTI y muertes proporcional al número de casos”.
Más allá de la buena protección contra la covid de forma severa que dan las vacunas, Díaz sostuvo que “se debe recordar que esta protección no es del 100%: siempre ocurre que un pequeño porcentaje de las personas vacunadas no responde bien, por tener edad muy avanzada, por estar en tratamientos farmacológicos que generan inmunosupresión, y por otras causas”. “Cuando se produce un número muy alto de casos, como ocurre en este momento, se esperan aumentos en internaciones en CTI y muertes aún cuando la cobertura de vacunación sea buena. En este contexto, estos aumentos en internaciones y muertes seguramente serían menores si todas las personas tuvieran una tercera dosis de vacuna”, añadió el especialista. “Esto se debe a que, si bien la protección contra la covid severa que dan dos dosis de vacuna es buena, todo indica que la protección que otorgan 3 dosis es mejor, es decir se acerca más al ideal del 100%”.
En ese sentido, Díaz dijo que “la tercera dosis ofrecida en Uruguay actualmente es muy recomendable para el individuo, y muy especialmente para las personas que: (i) recibieron antes Coronavac, (ii) recibieron las primeras dos dosis hace 6 meses o más, y/o (iii) tienen edades avanzadas, o por otras razones tienen particular riesgo de sufrir COVID severo”.
Posible cuarta dosis y lo que vendrá
Díaz comentó en su informe que “hay muy pocos datos científicos aún sobre los efectos de una cuarta dosis de vacuna”. “En Israel se comenzó con esta dosis, y se observaron los aumentos esperados en anticuerpos neutralizantes. Para Uruguay, una eventual cuarta dosis de vacuna ya no serviría para frenar la actual ola de transmisión de ómicron. Sería en cambio una medida preventiva contra eventuales olas generadas por nuevas variantes. La lógica de esto es que para cuando una nueva variante se revela como dominante, ya es tarde para distribuir una vacuna actualizada específica contra dicha variante”, agregó.
El inmunólogo señaló que la estrategia de la eventual cuarta dosis sería “ir a lo cuantitativo”, ya que “si se logra un aumento en el nivel total de anticuerpos neutralizantes, la fracción (aunque sea pequeña) que resulta efectiva contra la nueva variante será igualmente suficiente para prevenir muchas infecciones. Esta es la misma razón por la cual 3 dosis de Pfizer son mucho más efectivas que 2 contra infectarse por ómicron”.
Con respecto al futuro de la pandemia, Díaz recordó que a nivel científico “hay bastante consenso en cuando a que la covid a pasar de ser una enfermedad pandémica a una enfermedad endémica, o sea, una enfermedad que está siempre presente pero sin causar epidemias o pandemias, porque la humanidad ya no está ´inmunológicamente virgen´ frente al agente infeccioso que la causa”.
“Se dice que el principal papel de las vacunas es ayudar a que esta transición hacia lo endémico ocurra más rápidamente y con menor costo de muertes que si no hubiera vacunación”, aseveró.
Vacunación de niños
Con respecto a la vacunación en niños, el especialista recordó que el ensayo clínico de Pfizer en niños de 5-11 años reveló 91% de protección contra covid sintomático (intervalo de confianza 68-98%). “No se observaron efectos adversos diferentes a los ya vistos en personas de otras edades, que son razonablemente leves y pasajeros”, comentó.
En ese ensayo, en el que se vacunó a 1500 niños, “no surgió un efecto adverso severo que se ha visto en algunos jóvenes y adolescentes que reciben esta vacuna”. Este efecto adverso es la inflamación del corazón (miocarditis y/o pericarditis). “Se trata de efecto adverso muy poco frecuente (del orden de 10 casos por millón, si bien hay datos diferentes en diferentes países), y en general más frecuente en varones que en mujeres. La miocarditis/pericarditis asociada a esta vacuna se trata en forma efectiva, y casi siempre se resuelve rápidamente, existiendo muy pocos casos de desenlaces fatales en el mundo. El problema se detectó, en jóvenes y adolescentes, a nivel del “mundo real”, es decir cuando la vacuna se aplicó a grandes poblaciones. Si bien los datos de “mundo real” aún no están disponibles en el caso de niños, se espera que en este grupo el problema aparezca menos frecuentemente que en adolescentes y jóvenes, entre otras razones porque la dosis de la vacuna que se da a los niños es 1/3 de la que se da a los adolescentes y adultos”, agregó.
En ese sentido, el inmunólogo Díaz expresó que “el riesgo de miocarditis y/o pericarditis debe sopesarse contra el riesgo de una complicación severa que puede causar la covid en niños”. Esta complicación se llama síndrome inflamatorio multisistémico infantil (MIS-C por la sigla en inglés), surge a la semana o pocas semanas de la covid (aún leve o asintomática), implica inflamación de diversos órganos incluyendo el corazón, y puede ser fatal. “Su incidencia fue estimada en aproximadamente 300 casos cada millón de infecciones en menores de 21 años (y el doble de esto en el grupo de 6 a 10 años, grupo etario en el que es más frecuente)”, dijo Díaz. “Estos datos de incidencia de MIS-C son para las variantes anteriores del virus; aún no hay datos específicos aún para la variante ómicron”.
“La vacunación protege contra MIS-C, si bien, nuevamente, aún no hay datos específicos para la variante ómicron. En condiciones de alta transmisión de covid, el riesgo que tienen los niños de tener una complicación por covid es seguramente mucho más alto que el riesgo de sufrir un problema serio causado por la vacuna (aún en el supuesto que el riesgo de mio-pericarditis asociada a la vacuna fuera igual en niños que en adolescentes)”, aseguró.
Por último, en el informe el especialista sostuvo que “una buena respuesta de la población a la vacunación de los niños permitiría que la enseñanza preescolar y primaria sufriera menos distorsiones en el año 2022”. “En la medida que la mayoría de los niños se encuentren protegidos – por vacunación – del covid severo y del MIS-C, los probables brotes de covid en escuelas no tendrían por qué acarrear cuarentenas e interrupciones de clases a nivel de una situación en la cual la mayoría de los niños está sin vacunar
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