La esperanza de vida en nuestro país ha evolucionado en los últimos años, pasando de 78 años en 1996 a 80.4 años en 2013 para las mujeres y de 69.9 a 73.3 en los varones. La diferencia, para los que inciden factores biológicos y culturales, se acortó de 8.1 a 7.1 entre 1996 y 2013. Las muertes violentas y la baja prevención en salud son algunos de los aspectos culturales que inciden en la menor esperanza de vida de los varones.