En plena pandemia de Covid-19, y cuando todavía no se contaba con vacunas para combatirla, el gobierno de Jair Bolsonaro negoció con Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, la llegada de 3 millones de pastillas de hidroxicloroquina.
Las dosis empezaron a llegar en junio de 2020 y el fármaco comenzó a ser administrado por el gobierno brasileño, presentado por el propio mandatario como una 'solución' a la crisis sanitaria que azotaba al país. Hoy, casi dos años más tarde, la droga permanece varada en varias ciudades.
El municipio de Joinville, en Santa Catarina, por ejemplo, recibió el mayor lote de la droga: 160.000 pastillas, de las cuales menos de 30.000 han sido utilizadas desde septiembre de 2020. Ante esa situación, la administración de la ciudad busca devolver la droga al Ministerio de Salud. Lo que empeora aún más el caso es que la vigencia del fármaco finaliza en octubre de este año.
Un caso similar se encuentra en la ciudad de Porto Alegre. Según informa el periódico paulista Folha, en enero de 2021, el alcalde Sebastião Melo, recién juramentado, había anunciado la flexibilización de las restricciones contra la pandemia. Al mismo tiempo, también decidió dar un paso que traería polémica: la implementación del “Kit Covid”.
El kit en cuestión es un coctel de medicamentos sin eficacia comprobada ante la covid, que incluye la hidroxicloroquina, el vermífugo ivermectina; el antiparasitario nitazoxanida; el antibiótico azitromicina y la vitamina D.
Semejante mezcla no sólo demostró no tener efectos contra le enfermedad que pretendía combatir, sino que produjo peligrosos efectos secundarios en numerosos pacientes. Por esa razón, en octubre de 2021 el Senado de Brasil acuso a Bolsonaro de crímenes contra la humanidad.
Por ello, no es de extrañar que la ciudadanía no se mostrara especialmente dispuesta a recibir el kit, y que las administraciones de las ciudades lo “escondieran” oportunamente.
Por ejemplo, de las 24 mil dosis adjudicadas al gobierno de la ciudad de Porto Alegre, solo 10 pastillas fueron entregadas a la población. La suspensión de la oferta se produjo por decisión de la Justicia y, desde entonces, las demás dosis siguen en stock, sin ser utilizadas.
En declaraciones al citado medio, el ministerio dijo que la orientación dada a los municipios es que busquen en sus respectivos gobiernos estatales el aprovechamiento de la hidroxicloroquina para el tratamiento de enfermedades para las que sí está demostrado que es útil, como el lupus y la artritis reumatoide.