Por The New York Times | Gretchen Reynolds
¿Es bueno para nuestra salud y nuestra longevidad levantarnos, agacharnos, subir, pasear o hacer cualquier otro tipo de esfuerzo durante las horas de trabajo? ¿O las ocupaciones extenuantes son perjudiciales para nuestro cuerpo y nuestra salud?
El sentido común podría decirnos que estar en movimiento en el trabajo debería ser beneficioso para nuestro corazón y nuestra salud, del mismo modo que salir a correr, andar en bicicleta o hacer ejercicio en el gimnasio es bueno para nosotros. Sin embargo, algunas investigaciones recientes han sugerido que el trabajo manual suele aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte prematura de los trabajadores, lo que significa que los efectos de la actividad física relacionada con el trabajo podrían ser diferentes y menos saludables que los de los entrenamientos que elegimos hacer en nuestro tiempo libre.
Sin embargo, el estudio más reciente y de mayor tamaño hasta la fecha sobre la actividad física en el trabajo y la mortalidad tiene algunas buenas noticias para quienes tienen trabajos físicamente exigentes. El nuevo estudio, en el que participaron casi medio millón de trabajadores, concluye que las personas cuyos trabajos implican moverse y levantar objetos con frecuencia tienden a vivir más tiempo que aquellas cuyas ocupaciones son de escritorio. Los resultados refutan la idea de que los esfuerzos en el trabajo son de alguna manera diferentes del resto del ejercicio y, en cambio, sugieren que, siempre que sea posible, deberíamos estar en movimiento mientras trabajamos.
Pero cuando los científicos controlaron escrupulosamente la educación, los ingresos, el tabaquismo, los hábitos de ejercicio y el peso de cada uno, las asociaciones cambiaron. En este análisis más completo, los hombres que eran activos en el trabajo desarrollaban enfermedades cardiacas y cáncer en menor proporción que los hombres que permanecían en el escritorio. Tanto si tendían a caminar bastante por el trabajo como si realizaban otro tipo de trabajo más extenuante, los hombres activos vivían, en promedio, aproximadamente un año más.
El estudio demuestra que “cada movimiento cuenta, independientemente de si se es activo en el trabajo o en el tiempo libre”, explicó Ulf Ekelund, profesor de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, que supervisó el nuevo estudio. En cambio, los resultados también nos recuerdan, dijo, que estar sentado, incluso en cómodos escritorios o en mullidos sofás, no es saludable.
Lo que este estudio no nos dice es qué aspectos de nuestra vida, fuera del trabajo, pueden afectar más nuestra salud y longevidad ni por qué la duración de la vida de las mujeres parece no verse afectada por los esfuerzos del tiempo de trabajo. Ekelund y sus colegas esperan estudiar algunas de estas cuestiones en futuras investigaciones.
Sin embargo, por ahora, dijo, hay que suponer “que toda actividad física es beneficiosa, independientemente de si se realiza durante los tiempos de ocio, en el trabajo, en casa o durante el transporte”.