Si bien no se trata de una dolencia nueva, su avance en tiempos recientes preocupa a las autoridades sanitarias.

Un informe publicado por el periódico británico The Telegraph,  señala que esta enfermedad muestra una alarmante incidencia en “una región donde los gusanos trematodos son endémicos”. Después de ser liberados por caracoles de agua dulce, explica la publicación, los gusanos “buscan un huésped humano y entran al torrente sanguíneo, con consecuencias potencialmente fatales”.

La Organización Mundial de la Salud estima que, en África subsahariana, 56 millones de mujeres y niñas están infectadas por el parásito, "que desencadena una enfermedad llamada esquistosomiasis genital femenina (FGS)" y que se conoce coloquialmente como bilharziasis o "fiebre del caracol”

De acuerdo con el citado medio, los parásitos “ponen huevos en el cuello uterino” de las mujeres infectadas, situación eventualmente produce bloqueo de las trompas de Falopio y conduce a la infertilidad o al embarazo ectópico. Además, la enfermedad puede ser mortal, dado que “provoca lesiones que multiplican por cuatro el riesgo de contraer el VIH y las víctimas pueden desarrollar cáncer de cuello uterino y de vejiga”.

“A nivel mundial y en ambos sexos, la enfermedad provoca 280.000 muertes al año y comporta una carga de 3,3 millones de años perdidos por mala salud, invalidez o muerte prematura”, añade el informe. Sin embargo, la  FGS “es una enfermedad tratable”.

Según expertos en salud, los niños contraen la enfermedad regularmente en esa zona de África y, en algunos lugares, los adolescentes reciben un tratamiento preventivo anual, “una forma de quimioterapia que mata los gusanos, siguiendo la recomendación de la OMS”. Actualmente, no existe una vacuna contra la enfermedad.

"Basta con decir que es un gran problema", dijo Precious Kaubula, líder técnico de la OMS en Zambia, en declaraciones al citado medio. “El hecho de que haya un programa preventivo para niños en edad escolar es señal de que la situación no es buena”, agregó.