El hallazgo llega tras un análisis que examinó cómo la cirugía de extirpación del apéndice (apendicectomía) afectó el riesgo de Parkinson entre 1.6 millones de residentes suecos.

El estudio no pudo probar causalidad, pero encontró que la apendicectomía redujo el riesgo de Parkinson en más o menos un 20 por ciento.

"Es un tejido que la mayoría de las personas consideran un órgano inútil. Está unido al intestino grueso, y se elimina como una práctica quirúrgica muy común", señaló la autora del estudio, Viviane Labrie, neurocientífica en el Centro de Ciencias Neurodegenerativas del Instituto de Investigación Van Andel, en Grand Rapids, Michigan.

Los nuevos hallazgos sugieren que "el apéndice podría ser un tejido que tiene un rol en el inicio de la enfermedad de Parkinson", dijo.

¿Por qué? "La patología característica de la enfermedad de Parkinson en el cerebro son los cuerpos de Lewy, que se caracterizan por una forma aglomerada de una proteína llamada alfa-sinucleína", explicó Labrie en declaraciones recogidas por el reportero especializado Alan Mozes, y publicadas por HealthDay News..

Además, las aglomeraciones de esta proteína se encuentran en el tracto intestinal, y están "presentes en los apéndices de todos", a veces años antes de que surjan síntomas del Parkinson, dijo.

Entonces,"creemos que si durante unos eventos raros [esas aglomeraciones de proteína] escaparan del apéndice y llegaran el cerebro, eso podría conducir a la enfermedad de Parkinson". ¿Cómo? Simplemente al desplazarse a lo largo del nervio que conecta al tracto intestinal directamente con el cerebro, afirmó Labrie.

El Parkinson ataca al sistema nervioso y resulta en una pérdida progresiva tanto de la función motora como de muchas funciones no motoras.

Entre las complicaciones comunes del Parkinson se encuentra el inicio de una disfunción gastrointestinal (que incluye el estreñimiento), que puede en realidad preceder a la pérdida de la movilidad en hasta 20 años. Esto señalaba a un vínculo potencial entre el inicio del Parkinson y el apéndice, explicaron los investigadores.

Para averiguarlo, los investigadores revisaron datos que habían sido recolectados por el Registro Nacional de Pacientes de Suecia. Ese registro es único, porque desde 1964 ha mantenido un historial completo de los diagnósticos y las cirugías de una inmensa parte del total de pacientes suecos.

De los 1.6 millones de pacientes cubiertos, más de 550,000 se habían sometido a una apendicectomía.

Tras seguir la incidencia del Parkinson durante hasta 52 años tras la cirugía, los investigadores encontraron que al final se diagnosticó Parkinson a 1.2 por cada 1,000 pacientes de apendicectomía, en comparación con un riesgo de 1.4 por cada 1,000 personas en la población general sueca.

Eso significó que el riesgo de Parkinson se había reducido en un 19.3 por ciento entre aquellos cuyos apéndices habían sido extirpados.

Además, tras enfocarse en las experiencias específicas de unos 850 pacientes de Parkinson, los investigadores determinaron que la extirpación del apéndice también se asociaba con un retraso de 3.6 años en el inicio del Parkinson entre los que se habían sometido a la cirugía pero que aún así desarrollaron la enfermedad.

Pero Labrie enfatizó que "no estamos diciendo que tener un apéndice provoque la enfermedad de Parkinson, ni que todas las personas deberían hacer que les extirpen el apéndice".

En vez de eso, "creemos que lo que en realidad distingue a una persona que desarrolla Parkinson de una que no, no es la presencia de esta patología, sino los factores que provocan la salida del apéndice". Esto plantea la posibilidad de desarrollar nuevas terapias diseñadas para prevenir que esas aglomeraciones de proteína escapen del apéndice.

Los hallazgos aparecen en la edición del 31 de octubre de la revista Science Translational Medicine.

La Dra. Rachel Dolhun, vicepresidenta de comunicaciones médicas de la Michael J. Fox Foundation for Parkinson's Research, describió el vínculo entre el Parkinson y el apéndice como "particularmente interesante".

"Pero es importante enfatizar que se trata de asociaciones y que no establecen causalidad", dijo. "En otras palabras, no es definitivo que someterse a una apendicectomía reduzca [el] riesgo de Parkinson".

Dolhun añadió que "investigar más la asociación entre los intestinos y el cerebro podría potencialmente conducir a una comprensión más profunda sobre las causas del Parkinson, además de cómo el Parkinson comienza y avanza, y cómo intervenir para detenerlo. Pero falta mucho trabajo por hacer".