Parece que la marihuana aumenta de manera significativa el riesgo de desarrollar esquizofrenia de los hombres jóvenes, sugiere un estudio reciente.
Hasta un 30% de los casos de esquizofrenia entre los hombres de 21 a 30 años se relacionan con un uso empedernido y problemático de la marihuana, según los hallazgos.
Los investigadores también encontraron un riesgo general tres veces más alto de esquizofrenia vinculado con el uso de cannabis en los hombres jóvenes, en comparación con las mujeres. Alrededor de un 15% de los casos de esquizofrenia en los hombres de 16 a 49 años podrían haberse evitado en 2021 al prevenir el uso de cannabis, en comparación con apenas un 4% entre las mujeres en ese rango de edad.
“El mensaje claro es que el cannabis quizá no sea la sustancia inocente y libre de riesgos que tantas personas creen”, comentó el coinvestigador, el Dr. Wilson Compton, subdirector del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.
El nuevo estudio, que se publicó en la edición del 4 de mayo de la revista Psychological Medicine, utilizó los datos de más de 6.9 millones de personas en Dinamarca, que tenían entre 16 y 49 años en algún momento entre 1972 y 2021.
Los investigadores monitorizaron el uso reportado de cannabis y los diagnósticos de esquizofrenia, un trastorno de la salud mental en que las personas pierden el contacto con la realidad. Los pacientes sufren síntomas psicóticos, como alucinaciones, delirios y pensamientos desordenados.
El estudio se basa en investigaciones anteriores, que encontraron que a medida que las tasas de trastorno por el uso de cannabis aumentaron en la población danesa, hubo un incremento paralelo en la esquizofrenia, apuntó Compton.
El trastorno por el uso de cannabis se “define como personas que usan el cannabis de forma regular, y en general de manera bastante empedernida”, aclaró Compton.
“Pero más allá del patrón de uso, incluye a las personas que han encontrado que organizan su vida alrededor del cannabis, que pasan más tiempo de lo que pueden permitirse en el cannabis, que continúan usando cannabis aunque les esté provocando problemas físicos o mentales, y que les provoca problemas sociales”, añadió en declaraciones recogidas por HealthDay News.
Los hombres son más propensos que las mujeres a desarrollar esquizofrenia, y también es más probable que usen la marihuana en exceso, anotó Compton.
Basándose en esto, los investigadores teorizaron que el trastorno por el uso de cannabis podría aumentar más el riesgo de esquizofrenia de un hombre joven.
“Lo que mostramos es que los varones tienen una vulnerabilidad particular a esta asociación, con una fuerte asociación entre el trastorno por el uso de cannabis y la esquizofrenia, y unas tasas más altas en los hombres que en las mujeres”, dijo Compton.
El uso problemático de cannabis podría poner presión sobre el cerebro en desarrollo de los hombres jóvenes que ya tienen un riesgo genético más alto del trastorno mental, especuló.
Esto le parece correcto a Pat Aussem, vicepresidenta asociada de desarrollo de contenido clínico para los consumidores de Partnership to End Addiction, en la ciudad de Nueva York.
“El cerebro sigue desarrollándose más o menos hasta los 25 años, y el uso de cannabis en este período podría interferir en este proceso, sobre todo en áreas del cerebro implicadas en la cognición y la regulación emocional”, señaló Aussem. “Esto podría aumentar el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia”.
La teoría es que el THC, el compuesto psicoactivo de la marihuana, funciona al vincularse con los receptores cerebrales y crear formas alteradas de pensar y percibir el mundo, explicó.
“El THC puede provocar síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, que son una característica de la esquizofrenia”, apuntó Aussem. “El cannabis también aumenta la liberación de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro, lo que puede incrementar las sensaciones de bienestar y placer. La investigación sugiere que hay un vínculo entre los niveles de dopamina, la psicosis y la esquizofrenia”.
Pero otros estudios no han encontrado ninguna relación entre la marihuana y la esquizofrenia, indicó Paul Armentano, subdirector de NORML, un grupo de defensoría que promueve la reforma de las leyes y regulaciones sobre la marihuana.
“Aunque las afirmaciones sobre el cannabis y la salud mental con frecuencia llegan a los titulares, también hay muchos estudios, muchos publicados tan solo en los últimos meses, que disputan estas alegaciones”, comentó Armentano. “En particular, dos estudios recién publicados [pero en gran medida pasados por alto] no lograron identificar ningún aumento en el riesgo de resultados relacionados con la psicosis en los estados donde el cannabis es legal”.
La relación observada en el nuevo estudio también podría ir en la dirección contraria, añadió Armentano: las personas con enfermedad psicótica quizá sean más propensas a automedicarse con cannabis y otras sustancias controladas.
“Por tanto, sigue siendo prematuro en el mejor de los casos, y sensacionalista en el peor, afirmar que existe una relación causal definitiva entre el uso del cannabis y el inicio de trastornos psiquiátricos, en particular entre los que no tienen una predisposición a estas afecciones”, enfatizó Armentano.
“Además, el hecho de que el cannabis haya sido utilizado por varias poblaciones durante décadas, con distintas tasas, y sin embargo las tasas de psicosis y otros trastornos psiquiátricos en general hayan permanecido estáticas en este mismo periodo, es un fuerte argumento contra esta afirmación”, agregó.
De cualquier forma, Compton planteó que los padres deberían instar a sus hijos a evitar el uso de cualquier sustancia.
“Mantener el cerebro de los adolescentes sanos mediante la evitación del uso de tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias forma parte de la crianza de unos hijos sanos”, subrayó Compton. “También hemos aprendido que los que tienen el mayor riesgo de un inicio temprano del uso de sustancias son los que tienen una variedad de problemas de fondo. Entonces, resulta que proteger a los niños de los traumas graves y proveer un ambiente amoroso y enriquecedor desde una edad muy temprana puede ser una de las cosas más importantes para reducir el inicio del uso de sustancias”.