Un estudio experimental liderado por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona describe cómo se forman los insulinomas, un tipo raro de tumor que afecta a las células beta -encargadas de producir insulina- del páncreas.
De acuerdo con los investigadores, este proceso se debe a un cambio en modificaciones del ADN de las células beta del páncreas, por lo que estas pasan a sobreexpresar oncogenes (genes con el potencial de causar cáncer) y genes relacionados con la producción de insulina, alterando su funcionamiento.
Cada año se diagnostican insulinomas a cuatro personas de cada millón y, aunque sólo en uno de cada diez casos son malignos, si se detectan a tiempo y se extirpan con cirugía, los pacientes tienen un buen pronóstico.
El estudio, publicado en la revista Cell Genomics, propone por primera vez un mecanismo por el que las células beta sufren una transformación hacia un fenotipo neoplásico, es decir, alteraciones de la función celular anormales en el organismo.
"Se trata de la acumulación de mutaciones poco frecuentes que convergen en un cambio en el perfil epigenético de las células beta", explicó Mireia Ramos, investigadora posdoctoral en el laboratorio de Endocrine Regulatory Genomics de la UPF y coprimera autora del estudio.
Estas mutaciones varían entre los 42 insulinomas analizados en este proyecto y, en su mayoría, se acumulan en regiones reguladoras del genoma.
"La singularidad de los insulinomas es que todos, tengan las mutaciones que tengan, acaban adquiriendo un mismo perfil epigenético", detalló Lorenzo Pasquali, director del Grupo de Genómica Reguladora Endocrina de la UPF, que lideró la investigación.
Este nuevo perfil epigenético hace que las células beta de los tumores tengan activos una serie de oncogenes, factores de crecimiento y de transcripción y genes relacionados con la producción de insulina, que alteran su función.
Aparte de los insulinomas, las células beta pancreáticas también están implicadas en otras enfermedades inhabilitantes, como la diabetes mellitus, un grupo de enfermedades que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa en la sangre.
"Por esta razón, estamos especialmente interesados en entender cómo estas células pierden el control, descompasan la expresión de los genes que las hacían funcionar normalmente y terminan alterando la secreción de insulina", agregó Pasquali.
El grupo de investigación ya está trabajando para entender mejor el mecanismo por el que se da un sobrecrecimiento de las células beta, lo que en un futuro podría tener implicaciones terapéuticas en el tratamiento de otras enfermedades en las que las células beta están alteradas.
En este estudio también participaron el Instituto Científico del Hospital San Raffaele de Milán (Italia), la Universidad de Barcelona, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), la Universidad de Colorado Bouler (Estados Unidos), el Instituto de Investigación e Innovación Parc Taulí (I3PT), el IRB Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica en la red de diabetes y enfermedades metabólicas asociadas (CIBERDEM).
EFE
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