Una teoría del "contagio social" que sugiere que los adolescentes, en particular las chicas, están siendo influidos por sus pares para que se conviertan en transgénero no tiene ningún fundamento, encuentra un nuevo estudio.
"La hipótesis de que los jóvenes transgénero y de género diverso a quienes se les asignó el sexo femenino al nacer se identifican como transgénero debido al contagio social no se sostiene ante el escrutinio, y no se debe usar para argüir contra la atención médica de afirmación de género para los adolescentes", comentó el autor sénior del estudio, el Dr. Alex Keuroghlian, director del Centro Nacional de Educación en Salud LGBTQIA+ del Instituto Fenway del Programa de Psiquiatría de la Identidad de Género del Hospital General de Massachusetts.
Según el estudio, la teoría surge de un estudio que se publicó en la revista PLOS One en 2018. En el mismo, los investigadores postularon que los adolescentes pueden experimentar de repente un conflicto entre su sexo de nacimiento y su identidad de género, conocido como disforia de género de inicio rápido, debido a la influencia social, aunque no habrían cumplido con los criterios de disforia de género en la niñez.
Después de que los hallazgos fueron criticados, la revista reevaluó el artículo, y anotó que "la disforia de género de inicio rápido [DGIR] no es un diagnóstico formal de salud mental en este momento".
Fue notable que los investigadores de ese estudio no encuestaran a jóvenes transgénero o de género diverso, sino a sus padres.
En este nuevo estudio, que se publicó en la revista Pediatrics, los investigadores evaluaron la teoría del contagio social usando datos del gobierno sobre la conducta de los jóvenes.
Primero, la encuesta recolectó datos sobre la identidad de género de más de 90,000 jóvenes de 12 a 18 años de 16 estados, en 2017, y encontró que un 2.4 por ciento se identificaban como transgénero o de género diverso.
Entonces, los investigadores encuestaron a 105,437 adolescentes dos años más tarde, en 2019. Encontraron que solo un 1.6 por ciento de los adolescentes se identificaban como transgénero o de género diverso. Esta reducción en las cifras fue "incongruente con la [hipótesis de la disforia de género de inicio rápido] que plantea un contagio social", razonaron los investigadores, según informa HealthDay News.
Además, los jóvenes transgénero asignados con el sexo masculino al nacer superaban a los que se habían asignado al sexo femenino en los dos años del estudio, anotaron los autores. Esto proveyó evidencias contra una "idea del contagio social con una susceptibilidad única" entre las personas asignadas al sexo femenino al nacer, apuntaron los investigadores.
El equipo sí encontró que los jóvenes trans y de género diverso eran significativamente más propensos a ser víctimas de acoso escolar, con un 38.7 por ciento en 2017 y un 45.4 por ciento en 2019, en comparación con los jóvenes cisgénero que eran lesbianas, gais o bisexuales, con un 30.5 por ciento en 2017 y un 28.7 por ciento en 2019, respectivamente. El acoso de los jóvenes cisgénero heterosexuales fue menos frecuente, con poco más de un 17 por ciento en 2017 y un 16.6 por ciento en 2019.
"La idea de que los intentos de huir del estigma de las minorías sexuales conduce a los adolescentes a declararse transgénero es absurda, sobre todo para los que proveemos tratamiento a los jóvenes [transgénero y de género diverso]", comentó en una declaración el autor principal del estudio, el Dr. Jack Turban, profesor asistente entrante de psiquiatría infantil y adolescente de la Universidad de California, en San Francisco.
"Los efectos nocivos de estas hipótesis sin fundamento respecto al aumento del estigma contra los jóvenes transgénero y de género diverso no se pueden subestimar", añadió Turban. "Esperamos que los profesionales clínicos, los legisladores, los periodistas y todo el que contribuye a las políticas de salud revisen estos nuevos hallazgos".
A pesar de sus defectos, la teoría del contagio social "ha sido utilizada en debates legislativos recientes para plantear, y más adelante promulgar, políticas que prohíben la atención médica de afirmación de género" para los adolescentes trans y de género diverso, escribieron los autores.
En junio, la Agencia para la Administración de la Atención de la Salud de Florida publicó directrices contra la atención de afirmación de género para los menores de edad, lo que incluye que un niño cambie su nombre y sus pronombres, o su ropa o peinado.
Y un análisis de NBC News encontró que los proyectos legislativos de los estados para restringir la atención de afirmación de género aumentaron a 36 este año, frente a solo uno en 2018.
Estas restricciones se convirtieron en ley en Alabama, Arkansas y Tennessee, pero los jueces de Alabama y Arkansas han evitado que entren en vigor, informó NBC News.