Un estudio proteómico realizado por primera vez en la amígdala cerebral humana por investigadores del grupo de Neuroplasticidad y Neurodegeneración de la Universidad española de Castilla-La Mancha (UCLM, centro del país), revela que esta región es clave en el progreso del alzhéimer.
Las conclusiones de este estudio, según explicó la UCLM en nota de prensa, podría abrir un nuevo camino a terapias que sirvan para combatir una enfermedad que sufren en torno al 60-70 % de los 50 millones de personas que padecen demencia en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Para el desarrollo de la investigación, que forma parte de la tesis doctoral de Melania González Rodríguez, el grupo de investigación analizó tejido cerebral humano de 36 donantes procedente de la Red Nacional de Biobancos y correspondientes a pacientes que sufrían la enfermedad de Alzheimer y otros que no la presentaban.
El estudio se centró en la amígdala cerebral humana, región que recibe ese nombre por su forma de almendra y que es muy importante en el funcionamiento cerebral, ya que está altamente conectada con las funciones conscientes que procesa fundamentalmente la corteza y las respuestas autónomas, y es primordial en el control de las emociones.
La investigación, que ha sido publicada en Brain Pathology, -revista oficial de la Sociedad Internacional de Neuropatología financiada por la UCLM y los gobiernos regional y español-, revela una importante pérdida de volumen de la amígdala cerebral humana en el grupo de pacientes con alzhéimer.
Sin embargo, esa reducción no estaba relacionada con la pérdida de neuronas a pesar de la gran cantidad de depósitos de marcadores patológicos.
Por el contrario, sí detectó un aumento importante de las células de glía (del sistema nervioso) asociadas a la inflamación de la región de la amígdala.
Este trabajo es uno de los primeros análisis proteómicos de la amígdala humana en la enfermedad de Alzheimer y permitió identificar más de 2000 proteínas, algunas de las cuales, tras distintos análisis bioinformáticos, constituyen potenciales biomarcadores de la enfermedad que ayudarán a su diagnóstico y tratamiento.
Los resultados son de gran relevancia por el número de pacientes afectados y porque amplía las posibilidades de atención para la detección de una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de proteínas patológicas en distintas regiones cerebrales y que tiene entre sus síntomas más característicos la pérdida de memoria.
No obstante, el depósito de proteínas tiene lugar décadas antes de que esa sintomatología sea detectable, de ahí la necesidad de un diagnóstico temprano de la enfermedad y de la importancia de estudios como este desarrollado por la UCLM.
EFE