Todo comenzó en la noche del martes en la ciudad de Artigas, cuando un hombre de 42 años, que trabaja como changador, sufrió un repentino desvanecimiento que lo derrumbó en el suelo. En el Hospital Departamental de Artigas constataron que el paciente presentaba afasia de expresión y desviación de rasgos a la derecha, por lo que dedujeron que detrás de ese desmayo podía haber algo realmente serio y le practicaron una angiotomografía. El estudio comprobó las sospechas de los médicos: el paciente presentaba una trombosis de arteria cerebral media a nivel de M1 (sector proximal). Se activó entonces un protocolo que coordinó con precisión acciones en tres departamentos, con el fin asistir al afectado.
Arión Fontoura, director del sanatorio artiguense, coordinó de inmediato con ASSE SAME 105 el traslado del paciente al Hospital de Tacuarembó, único lugar donde podía ser intervenido debidamente. Simultáneamente, un helicóptero de la Fuerza Aérea Uruguaya trasladaba desde Montevideo a Tacuarembó a la neurocirujana Alejandra Jaume, quien se encargaría de operarlo. Esta coordinación de recursos permitió brindar la atención al afectado antes de que fuera demasiado tarde.
“Estas son patologías tiempodependientes”, explicó Ciro Ferreira, director del Hospital de Tacuarembó, en declaraciones a Montevideo Portal. “El paciente tenía hemiplejia del lado izquierdo, no podía hablar ni moverse” y debía recibir atención de forma rápida. “Hay una ventana de seis horas, luego de ese tiempo ya no es lo mismo, porque las neuronas mueren”, detalló el profesional.
Sobre las 01:00 horas del miércoles, el joven trabajador fue operado en la sala híbrida del Hospital de Tacuarembó, mediante uso de angiógrafo de última generación. Se le practicó trombectomía mecánica con extracción de trombo en el nivel antes señalado y confirmado por la angiografía encefálica. La maniobra fue exitosa y se logró la reperfusión inmediata del área isquémica.
A las ocho horas del procedimiento el paciente ya había recuperado la motilidad y movilizaba ambos brazos y piernas, con disminución de la desviación de rasgos y la dificultad de expresión. Su pronóstico es de completa recuperación en cuestión de días.
Ferreira destacó que, en caso de no haberse logrado esa coordinación, o que el paciente estuviera demasiado lejos del hospital, la historia hubiera sido muy distinta. “Era un changador, un tipo joven, humilde, que hubiera quedado postrado. ¿Cuánto vale, para él y para todos nosotros, este esfuerzo?”, se preguntó Ferreira, para responderse al punto: “Vale oro, porque la vida no tiene precio. Más aún tratándose de un humilde trabajador del norte profundo, que de no haber tenido esta posibilidad estaría condenado a la invalidez permanente por el resto de su vida”.
Por ello, Ferreira encomió la velocidad con la que actuó su colega de Artigas y se congratuló del buen funcionamiento de la coordinación de todos los involucrados. “Cuanto antes lo detecte el médico de puerta, se haga la tomografía y se detecte el trombo, tanto mejor, porque podemos llegar a salvarlo. Es una carrera”, resumió.
El jerarca agradeció también a la Fuerza Aérea Uruguaya, que trasladó a la doctora Jaume hasta Tacuarembó y aguardó hasta el final de la cirugía para regresarla a la capital. “Esta mañana ella ya estaba operando en Montevideo”, contó Ferreira.
El Hospital de Tacuarembó es el único centro hospitalario de ASSE que efectúa ese tipo de procedimientos. Comenzó hace menos de un año y cubre a la población del norte y centro del país (450.000 habitantes en área de influencia para el sector público y privado: Rivera, Artigas, Cerro Largo e incluso litoral). En ese tiempo, el éxito en las intervenciones fue total y superó todas las expectativas planteadas en lo referente a los pacientes tratados.
Fuera del ámbito de ASSE, la trombectomía mecánica solo se efectúa en dos sanatorios privados montevideanos y —en algunos pocos casos— en el Hospital de Clínicas.
“No te imaginás la felicidad que uno puede llegar a sentir con esto”, dijo con satisfacción el profesional, quien más allá de su condición de jerarca, no se limita a la dirección del hospital tacuaremboense. Por el contrario, cada día opera personalmente a los pacientes ingresados.