Los viajeros ya debían llevarlas puestas en todos los medios de transporte público desde el 4 de mayo, cuando comenzó la primera de las cuatro etapas de reactivación social y económica planeadas por el Gobierno para recuperar progresivamente la normalidad, a medida que remite la epidemia.

Varias regiones, como Madrid y Cataluña, habían insistido en que el uso fuera obligatorio en cualquier lugar público, ya sea cerrado o al aire libre, como medida de seguridad ante la previsión de mayores concentraciones de personas según se levanten las restricciones de movimiento de población.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya había tratado el asunto con las autoridades regionales de sanidad anteriormente y dijo el sábado pasado que iba a ser obligatorio el uso y que quería que la decisión se tomara con el mayor consenso posible.

España permite desde este lunes la reapertura del importante sector del comercio minorista en todo el país, tras dos meses de cierre obligatorio, y da un paso más, lentamente, en el camino para recobrar el pulso económico y reanudar también la actividad social y política ordinarias, mientras la COVID-19 remite aceleradamente.

El número de fallecidos diarios a causa de la enfermedad bajó a 59 y los casos nuevos se redujeron a 285 en las últimas horas, según los datos oficiales. Son las cifras más bajas en más de dos meses.

El domingo se habían registrado 87 fallecidos y 421 casos nuevos confirmados.

Con estas últimnas cifras de este lunes, el total de muertes por la pandemia en España asciende a 27.709 y los contagios confirmados a 231.606.

Con información de EFE