Bárbara Casela, residente en la ciudad brasileña de Cuiabá, vivió el pasado jueves una experiencia inolvidable y —sobre todo— vertiginosa. Su trabajo de parto fue tan rápido que no le dio tiempo de llegar al hospital. De hecho, ni siquiera tuvo ocasión de salir de su edificio.
Durante la noche, la joven dentista sintió que había llegado el gran momento: la pequeña Joana quería nacer, y parecía tener prisa.
La mujer despertó a Laercio, su marido, para que la llevara de inmediato al hospital. Ambos avisaron a la madre de la parturienta e iniciaron el viaje. Sin embargo, los hechos se precipitaron: apenas habían entrado al ascensor cuando Bárbara, ya con aguas rotas, tuvo a la niña.
Tal como se aprecia en las imágenes, el nacimiento no estuvo marcado por pujos, tareas de dilatación ni forcejeos. Prácticamente la niña “cayó” del vientre materno como si se tratara de un producto comprado en una máquina dispensadora.
Bárbara contó al portal noticioso G1 cómo fue su experiencia.
“Fuimos al baño, hubo una contracción; luego fuimos a la sala, hubo otra contracción. Logré llegar a la puerta y hubo otra contracción, luego nos metimos en el ascensor. Cuando salí del ascensor, le dije [a Laercio]: ‘No te vayas, creo que va a nacer’. Regresamos y, otra vez, entramos al ascensor. Cuando entramos por segunda vez, nació”, relató.
La pequeña Joana nació sana, con un peso de 2.165 kg y, tras el parto relámpago, fue llevada al hospital para que le realizaran todos los procedimientos médicos necesarios. De acuerdo con el citado informe, madre e hija se encuentran bien y fueron dadas de alta el domingo.
Bárbara y Laercio tienen un hijo más, Petrus. La pareja compartió en Instagram el video del “parto exprés”, y se hizo viral de inmediato.