A partir de este día, los italianos deben presentar el 'green pass' (pase verde) para entrar a los interiores de restaurantes y bares, gimnasios, piscinas, salas de teatro y cine, así como para presenciar eventos donde hay concentraciones de gente.
Desde el próximo 1 de septiembre el pase también será necesario para viajar en trenes de largo recorrido, barcos y aviones.
Además, según el nuevo decreto, lo necesitará también todo el personal escolar y universitario, al igual que los estudiantes universitarios.
El pase verde es un código QR que se puede descargar tras dar negativo en una prueba de covid-19, curarse de la enfermedad o ponerse una o dos dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Para los infractores de la medida están previstas multas entre 400 y 1.000 euros, mientras los gestores de las actividades que toleren las transgresiones no solo incurrirán en sanciones pecuniarias, sino que se arriesgarán al cierre del local por un período entre uno y diez días.
Según declaró el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, hasta el momento los italianos han descargado más de 40 millones de pases.
(Sputnik)