El mejor café del mundo es cubano, según Taste Atlas: ni Colombia ni Brasil lideran

El café, más que una bebida, es un ritual cotidiano para millones de personas alrededor del mundo. Cada país aporta su impronta única a su elaboración y consumo, creando una diversidad de sabores y tradiciones que enriquecen esta experiencia global. Recientemente, la guía gastronómica internacional Taste Atlas publicó su ranking de los mejores cafés del mundo, en el que el café cubano se posicionó en el primer lugar, superando a gigantes históricos como Colombia y Brasil.

El café cubano, descrito como un espresso preendulzado con azúcar Demerara durante su preparación, obtuvo 4,6 estrellas sobre 5. Su sabor intenso y su característica espuma marrón clara lo han convertido en un símbolo cultural de Cuba, muy popular también en comunidades latinoamericanas del sur de Estados Unidos, especialmente en Florida.

El Top 10 de los mejores cafés según Taste Atlas:

Café Cubano (Cuba) – 4,6 estrellas

Espresso Freddo (Grecia) – 4,4 estrellas

Cappuccino (Italia) – 4,3 estrellas

Ristretto (Italia) – 4,3 estrellas

Café Helado Vietnamita (Vietnam) – 4,3 estrellas

Café de Filtro Indio (India) – 4,3 estrellas

Freddo Cappuccino (Grecia) – 4,3 estrellas

Espresso (Italia) – 4,2 estrellas

Café Turco (Turquía) – 4,2 estrella

Frappé (Grecia) – 4,2 estrellas

Esta clasificación no sólo evalúa la calidad del grano o la técnica de preparación, sino también el valor cultural y la relevancia social que cada tipo de café tiene en su país de origen. De ahí que algunas especialidades más tradicionales, como el café filtrado colombiano o el café brasileño, no ocuparan los primeros lugares.

Perspectiva latinoamericana:
Aunque Colombia y Brasil son mundialmente reconocidos como productores de café de excelencia, este ranking destaca la importancia de las tradiciones de consumo y de las preparaciones locales en la percepción del público global.

Para América Latina, este reconocimiento al café cubano reafirma el valor de las prácticas culturales ligadas a la identidad y el patrimonio gastronómico regional, más allá de la producción industrial o las exportaciones masivas.