¿Cuándo es el momento oportuno?
No hay un momento específico para realizar el destete. Aunque el Ministerio de Salud Pública recomienda la lactancia exclusiva durante seis meses y continuada hasta los dos años, la continuidad depende de las necesidades de la madre y del hijo. La Psic. Silvia Cardozo señala que “para los psicólogos el proceso es conveniente hacerlo alrededor del año. Empezar a partir de allí, progresivamente a espaciar el pecho materno. Si bien alrededor de los seis meses el bebé incorpora sólidos a su alimentación, es alrededor del año cuando hay mucha más libertad para ofrecerle alternativas y así hacer el proceso más natural y llevadero. Además desde el nacimiento hasta el año, el bebé se encuentra en la etapa oral, donde el conocimiento y contacto con el mundo se realiza en gran parte a través de la boca (por eso se llevan todo a la boca), y por tanto el contacto con la madre por este medio tiene gran importancia”. Si no hay más remedio que realizar el destete bruscamente, se deberá consultar con un médico, cuidar las mamas, retirar la leche de las mamas y brindarle mucho cariño al bebé para que este hecho no sea traumático. Como afirma Cardozo, “un destete precoz no sería conveniente tanto para las necesidades nutricionales como afectivas del bebé. Si bien muchas madres se ven obligadas por razones laborales a hacerlo antes, de igual forma hay que tratar de que cuando están en su casa, puedan dar pecho hasta que el bebé esté cerca del año”.
A tener en cuenta:
Cuando se decide realizar el destete, es aconsejable consultar al pediatra, ya que hay momentos inoportunos, por ejemplo, si el niño está enfermo o coincide con otro momento importante de cambios que produzcan estrés. Tampoco conviene hacerlo en épocas de demasiado calor, o cuando esté en plena erupción de algún diente. En esos casos es ideal mantener el pecho hasta superada la situación. El pediatra a su vez aconsejará cómo preparar la mamadera (según cada caso en particular), qué cantidad de leche administrar y qué alimentos incorporar en esta etapa.
El proceso
El proceso lleva desde dos semanas hasta uno o dos meses. Si cuando se inicia el proceso, la madre ya tiene poca leche, después de dos semanas aproximadamente se le terminará. Si aún produce mucha leche tomará un poco más de tiempo. Pero generalmente, cuando disminuye la demanda de leche materna por parte del bebé, disminuye también la producción de leche. ¡La lactancia no escapa a la ley de la oferta y la demanda!.
Para comenzar, se recomienda sustituir la leche materna de la tarde, porque es de menos interés para el niño, por una mamadera día por medio. A la semana, ya sustituírla todos los días. El pecho de la noche es el último que se abandona. Si el bebé rechaza la leche de fórmula o leche infantil, es aconsejable comenzar dándole la mamadera con leche materna para luego pasar a la recomendada por el pediatra. La Psic. Cardozo recomienda realizar el destete “ofreciendo otra alternativa al bebé, y teniendo en cuenta el reforzar esta alternativa con algo agradable, por ejemplo, si toma mamadera se le ofrece en forma atractiva y se le sonríe, le hacemos gestos de aprobación, aplausos, risas. Así también con la comida que le ofrecemos en sustitución, le vamos diciendo que está muy rico, le festejamos, le hacemos vivir un momento feliz”.
El proceso de destete resultará diferente si se trata de bebés que ya estaban acostumbrados a la mamadera (aún de leche materna) y aquellos que no. Porque bebés que ya tomaban mamadera brindada por sus padres, abuelos, tíos o cuidadoras, o incluso por su propia madre, no perciben un gran cambio. Pero para aquellos que conocen por primera vez la mamadera a los 6, 9 o 12 meses la “novedad” es mayor. Y como toda novedad, puede generar resistencias.
No solo el bebé, es sobre todo la mamá la que debe estar preparada.
Las mamás deben comenzar con el destete cuando ellas estén “sicológica y emocionalmente” preparadas para hacerlo. Hay casos en que los papás o abuelos dicen: ¿No está grande para tomar la teta? Y las madres se sienten presionadas para abandonar la lactancia pero lo hacen con enorme dolor y sintiendo que no es lo que en verdad desean. Esto trae angustia y hace más dificultoso el proceso, porque el bebé sin duda percibirá esta ambivalencia. Por otro lado deben saber que no todos los bebés reaccionan igual y algunos ofrecen más resistencia. El niño necesitará comprobar que la madre no cambió lo que siente por él. Es recomendable “verbalizar” la situación, ya que aunque no pueda hablar, el bebé comprende mucho de lo que se le dice. Contarle que ya está más grande y por lo tanto no tomará el pecho pero mamá seguirá estando y compartiendo muchas otras actividades con él.
Es fundamental tener firmeza una vez que la decisión está tomada.
Ahora, una vez que la decisión está tomada, hay que mantenerla, ya que “el ir para adelante y para atrás” genera inseguridad en el bebé. La madre debe tener la certeza de que está haciendo lo correcto y de que el destete es una forma de que el niño empiece a ganar independencia y a aumentar su interés por el entorno, fuera de mamá.
No hay motivo para sentirse culpable por tener que dejar la lactancia, es parte natural de la evolución humana. Si hay que hacerlo tempranamente, debemos saber que hay otras formas de alimentar y demostrar cariño al bebé. Y si lo hacemos pasado, el año, saber que un vínculo fuerte y saludable con el hijo, empieza con la lactancia pero continúa de otras formas.En cuanto a la madre, es normal que el pecho moleste por un tiempo, pero generalmente no más de unos días, hasta que la producción de grandes cantidades de leche desaparezca. Esto puede llevar unos días, aunque la desaparición completa de la producción puede llevar varios meses.
¿Qué hacer si el bebé no acepta la mamadera?
Los lácteos se pueden administrar mediante otras formas, como vaso, postres lácteos, helados, quesos. No es el fin del mundo que no acepte la mamadera.
¿Qué hacer si el bebé “se duerme” sólo con la teta?
Esto requerirá a los padres un poco de paciencia adicional, pero no es excusa para continuar la lactancia indefinidamente. Deberán cantarle, arrullarlo, mecerlo, ponerle el chupete hasta que se acostumbre a dormirse de otra manera, pero no continuar porque es “fácil y cómodo” para los padres.