Por The New York Times | Knvul Sheikh
Aunque la aparición precoz de este tipo de cáncer es preocupante, los expertos señalan que conocer bien los síntomas y conseguir una detección temprana es muy útil.
Marisa Peters llevaba años experimentando síntomas: sangre en el papel higiénico después de ir al baño, cambios en las heces y dificultad para controlar las ganas de defecar. Pero era una treintañera sana y físicamente activa. No tenía ningún dolor abdominal, y los médicos descartaron los síntomas como hemorroides o cambios postparto normales tras el nacimiento de su primer hijo. Cuando Peters visitó finalmente a un gastroenterólogo en 2021, tras tener a su tercer hijo y experimentar un empeoramiento de la hemorragia rectal junto con cambios en la consistencia de sus heces, una colonoscopia de urgencia confirmó que tenía cáncer colorrectal.
Habían pasado cuatro o cinco años desde que aparecieron los primeros síntomas. Sin embargo, “no esperaba que lo que encontraran fuera cáncer”, dijo Peters.
Un informe publicado por la Sociedad Estadounidense del Cáncer en enero sugiere que las tasas de cáncer colorrectal están aumentando rápidamente entre las personas de 20, 30 y 40 años, a pesar de que la incidencia está disminuyendo en las personas mayores de 65 años.
“Desgraciadamente, cada año es un problema mayor”, señaló Michael Cecchini, codirector del programa colorrectal del Centro de Cánceres Gastrointestinales y oncólogo médico del Centro Oncológico de Yale. Añadió que los cánceres colorrectales de aparición precoz han aumentado alrededor de un 2 por ciento al año desde mediados de la década de 1990. Este aumento ha hecho que el cáncer colorrectal pase a ser la primera causa de muerte por cáncer en hombres menores de 50 años y la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres menores de 50 años en Estados Unidos.
De hecho, los expertos están observando un aumento de los cánceres colorrectales de aparición precoz en todo el mundo, una tendencia a la que se esfuerzan por encontrar explicación.
¿Por qué está aumentando el cáncer colorrectal entre los jóvenes?
Los cánceres de colon y recto comparten muchas similitudes y suelen agruparse en una sola categoría, denominada cáncer colorrectal. Sin embargo, los estudios muestran que el aumento de los diagnósticos se debe principalmente a un incremento de los cánceres rectales y de los cánceres que se encuentran en el lado izquierdo, o distal, del colon, cerca del recto. “Esto puede ser una pista importante para entender lo que está ocurriendo”, dijo Caitlin Murphy, profesora asociada e investigadora del cáncer en UTHealth Houston.
Los cánceres colorrectales en personas más jóvenes también tienden a ser más agresivos, y a menudo se encuentran en una etapa más avanzada, dijo Murphy. Pero la mayoría de las personas afectadas por cáncer colorrectal de aparición precoz son demasiado jóvenes para que se les recomienden las pruebas rutinarias de detección del cáncer, que han ayudado a disminuir las tasas en adultos mayores de 50 años. En 2021, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU. redujo en solo cinco años la edad recomendada para iniciar las pruebas de detección del cáncer colorrectal: de 50 a 45 años.
Una gran mayoría de los diagnósticos de cáncer colorrectal se siguen realizando en personas de 50 años o más. La Sociedad Estadounidense del Cáncer predijo el año pasado que en 2023 se producirían unos 153.000 nuevos diagnósticos en EE. UU., de los cuales 19.550 corresponderían a personas menores de 50 años. Pero los milénials nacidos alrededor de 1990 tienen ahora el doble de riesgo de cáncer de colon que las personas nacidas en torno a la década de 1950, mientras que el riesgo de cáncer de recto de los mileniáls es unas cuatro veces mayor que el de los grupos de mayor edad, según un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute. Esto significa que es probable que los diagnósticos “sigan aumentando a medida que envejezcan estas generaciones de mayor riesgo”, dijo Murphy.
Cuando el cáncer se detecta a una edad más temprana de lo habitual, los médicos suelen sospechar que las mutaciones genéticas pueden ser las culpables. Y algunos estudios moleculares sugieren que los tumores de los cánceres colorrectales de aparición precoz presentan mutaciones diferentes a las de los tumores de adultos mayores. Otra prueba de que existe un componente genético: está claro que tener un familiar de primer grado que haya padecido cáncer colorrectal —o incluso un pólipo precanceroso— puede aumentar el riesgo, dijo Cecchini. Pero los cambios genéticos no explican el cuadro completo, agregó.
Algunas investigaciones han relacionado los cambios en el estilo de vida y la dieta con el aumento de las tasas de cáncer colorrectal tanto en jóvenes como en adultos mayores. Las generaciones recientes han consumido más carne roja, alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, y se sabe que tienen episodios de consumo excesivo de bebidas alcohólicas con más frecuencia; entre 1992 y 1998, el consumo de cigarrillos también aumentó antes de volver a descender, mientras que la actividad física ha disminuido continuamente durante décadas. Todos estos factores, junto con el aumento de las tasas de obesidad desde la década de 1980, están relacionados con el riesgo de cáncer. Pero, una vez más, ninguno de ellos explica por completo el aumento del cáncer colorrectal de aparición precoz.
“Muchos de estos factores de riesgo, como el tabaquismo, requieren una exposición prolongada antes de que se desarrolle el cáncer”, dijo Andrea Cercek, codirectora del Center for Young Onset Colorectal and Gastrointestinal Cancers del Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Y muchos pacientes de entre 20 y 30 años ni siquiera encajan en estos grupos de riesgo, señaló. “Muchos de nuestros pacientes son atletas”, explicó. “Muchos de ellos nunca tuvieron sobrepeso, ni siquiera en la infancia”.
Los expertos están empezando a investigar si existen otros factores ambientales que influyan en la aparición precoz del cáncer. Por ejemplo, algunos pequeños estudios han insinuado la idea de que las personas que desarrollan cáncer colorrectal a una edad temprana tienen un desequilibrio de bacterias “buenas” y “malas” en su intestino. Los investigadores no solo se fijan en el consumo de antibióticos, que pueden alterar el microbioma intestinal, sino también en los antiinflamatorios no esteroideos que se utilizan como analgésicos, los protectores gástricos que se emplean para contrarrestar los problemas de acidez estomacal y varios medicamentos psiquiátricos que pueden absorberse a través del revestimiento intestinal y cuyo uso ha aumentado en las últimas décadas, según Cercek.
Algunos expertos creen que la exposición a sustancias químicas tóxicas en el medio ambiente también puede ser la causa. “Existen pautas de exposición ambiental según la geografía, la raza, el sexo y todos los factores por los que sabemos que también difieren las tasas de cáncer colorrectal”, afirmó Murphy.
Por ejemplo, durante muchos años, las tasas de diagnóstico de cáncer colorrectal eran más altas entre la población negra no hispana, pero las investigaciones muestran que estos cánceres aumentaron más entre la población blanca no hispana en la década de 1990 y principios de la década de 2000, dijo Murphy. Ahora, ambos grupos presentan tasas de cáncer bastante similares. “¿Significa esto que los blancos están ahora expuestos a algo a lo que los negros han estado expuestos durante muchos, muchos años? Aún no lo sabemos”, dijo.
También hay disparidades geográficas en el aumento del cáncer, y los expertos observan que surgen más casos en ciudades y pueblos a lo largo del río Misisipi, en los estados del sudeste y en los Apalaches, lo que puede explicarse por la exposición laboral a oligoelementos como el arsénico, el cromo y el níquel, que suelen utilizarse en la producción de carbón, las plantas químicas y otras industrias de esas regiones. Las llamadas sustancias químicas permanentes, como las perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, más conocidas como PFAS, se han relacionado con otros tipos de cáncer y también podrían estar impulsando parte del aumento del cáncer colorrectal de aparición precoz.
“No creo que vaya a haber una prueba irrefutable que lo explique todo”, dijo Murphy. “Se trata de un montón de cosas”.
¿Qué puedes hacer para identificar y reducir tu riesgo?
Después de que Peters fuera diagnosticada y comenzara la quimioterapia, la radiación y la cirugía reconstructiva, animó a su hermana y a su hermano más jóvenes a que se hicieran las pruebas de detección inmediatamente. “Porque ahora tenían antecedentes familiares de la enfermedad”, dijo.
La Coalición contra el Cáncer de Colon ha elaborado un libreto que puedes utilizar para plantear preguntas sobre el cáncer de colon y recto en las conversaciones con tus familiares, lo que puede ayudarles a determinar si deben someterse a las pruebas de detección entre 10 y 15 años antes de la edad recomendada actualmente.
Si no estás en contacto con tus familiares directos o desconoces su historial médico, es importante que conozcas los síntomas del cáncer colorrectal, como dolor abdominal inexplicable, cambios en las heces y sangrado rectal. Si tienes alguno de estos síntomas, habla con un médico y haz las pruebas para descartar el cáncer.
Tras su experiencia con los médicos, Peters fundó una organización llamada Be Seen para forjar conciencia sobre los síntomas y animar a la gente a comprometerse a hacerse las pruebas.
Las colonoscopias siguen siendo el método de referencia para la detección porque permiten a los expertos médicos no solo ver dónde hay tumores, sino también extirparlos en el mismo procedimiento. En la actualidad, los pacientes pueden preparar el intestino de varias formas distintas —incluidos laxantes líquidos, pastillas y polvos— que no resultan tan incómodas como las opciones de las que disponían las generaciones anteriores. “Puedo prometerle que hacer una limpieza de un día para prepararse para una colonoscopia es mucho mejor que tener excremento saliendo de tu estómago a una bolsa”, dijo Peters. “Afortunadamente, para mí fue temporal, pero no lo es para mucha gente”.
También hay una prueba casera que puede detectar el 92 por ciento de los cánceres colorrectales a través del ADN en las heces, aunque es menos sensible a la hora de detectar pólipos precancerosos y no se puede utilizar para extirpar ningún tejido, dijo Cercek. Un análisis de sangre que está en un futuro cercano también podría aumentar aún más el número de personas dispuestas a someterse a las pruebas.
Aunque la tendencia de los cánceres colorrectales de aparición precoz es preocupante, “lo que me queda claro es que el momento de intervenir es aún más temprano”, dijo Murphy. “Y desde luego lo que está ocurriendo ahora va a afectar a la salud de generaciones de dentro de muchos, muchos años”.
Knvul Sheikh es reportera del Times que cubre enfermedades crónicas e infecciosas y otros aspectos de la salud personal. Más de Knvul Sheikh