El ministro de Sanidad, Matt Hancock, detalló que la cifra de trabajadores será mayor de los 18.000 que el Gobierno se había marcado inicialmente como objetivo para el proyecto.
El equipo contará con 7.500 profesionales sanitarios que darán apoyo clínico a los miles de operadores telefónicos que se pondrán en contacto con personas que hayan desarrollado síntomas de COVID-19 o bien que hayan estado en contacto con ellas.
A todos ellos se les pedirá que se queden aislados en sus domicilios y se les ofrecerá consejos sanitarios.
El sistema estará respaldado por una aplicación para teléfonos móviles que se ha comenzado ya a probar en la isla de Wight, al sur de Inglaterra.
Ese software detecta la cercanía con otros dispositivos que tengan la aplicación instalada y alertará a los usuarios que hayan estado en contacto físico significativo con personas que más tarde desarrollen síntomas.
El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, aseguró hoy que la aplicación estará operativa "en las próximas semanas" en el conjunto del país, aunque inicialmente el Ejecutivo esperaba lanzarla a mediados de mayo.
El programa para trazar contagios levantó polémica en los últimos días, después de que el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, asegurara el viernes que tan solo se había contratado a 1.500 personas.
El ministro del Gabinete, Michael Gove, elevó esa cifra el domingo hasta 17.000, mil por debajo del objetivo del Gobierno, mientras que Hancock incrementó hoy finalmente el número hasta 21.000 trabajadores ya contratados.
Con información de EFE