Las tasas de mortalidad por la COVID-19 son significativamente más altas en los condados de EE. UU. donde gran parte de las personas no se han vacunado, en comparación con aquellos donde más personas han recibido las vacunas, según un estudio reciente.
Los hallazgos amplían las evidencias de que la vacunación de los individuos puede prevenir las infecciones y la enfermedad a una escala mucho mayor, escribió un profesor de la Universidad de Oxford, Christopher Dye, en un editorial que se publicó junto con el estudio.
"Los hallazgos de este estudio también ponen en claro que se podrían haber salvado muchas más vidas, y que se salvarán, al animar a las personas a mantenerse al día con la vacunación ante una inmunidad menguante y las nuevas variantes del coronavirus, al lograr una cobertura poblacional incluso más alta", explicó Dye en declaraciones recogidas por HealthDay News.
"La cantidad de vidas es un asunto que otros deben explorar. Por otro lado, este nuevo estudio es otro refuerzo de confianza para las vacunas contra la COVID-19", añadió el profesional.
En el estudio, investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. analizaron los datos de más de 30 millones de casos de COVID-19 y de más de 400,000 muertes por la COVID reportados en 2,558 condados de 48 estados entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021.
Se clasificó que los condados tenían unas tasas de vacunación muy bajas (de un 0 a un 9 por ciento), bajas (de un 10 a un 39 por ciento), medianas (de un 40 a un 69 por ciento) o altas (de un 70 por ciento o más). Las tasas de vacunación se definieron como el porcentaje de adultos que habían recibido al menos dos dosis de una vacuna contra la COVID-19.
Tras tomar en cuenta otros factores, los investigadores determinaron que unas tasas más altas de vacunación se asociaban con unos niveles más bajo de casos de COVID-19 y de muertes.
Cuando la variante alfa era la dominante en Estados Unidos a principios del año pasado, las tasas de mortalidad por la COVID-19 fueron de un 60, un 75, o un 81 por ciento más bajas en los condados con una cobertura baja, mediana y alta de vacunación, respectivamente, que en los condados con una cobertura muy baja, reportó el equipo del estudio.
Por otro lado las tasas de infección fueron un 57, un 70 y un 80 por ciento más bajas en los condados con una vacunación baja, mediana y alta, respectivamente, que en los que tenían una cobertura muy baja, encontraron los investigadores.
También se observaron unos declives similares en las muertes durante la segunda mitad de 2021, cuando la delta se convirtió en la variante dominante en Estados Unidos, con unas reducciones más pequeñas en los casos, según el informe, que se publicó en la edición de abril de la revista BMJ.