Como cada 4 de marzo, se celebró el Día Mundial contra la Obesidad. Este 2023, el Ministerio de Salud Pública (MSP) se adhirió al lema “Todos podemos actuar”.
El director General de la Salud del MSP, Miguel Asqueta, señaló que a nivel global son 800 millones de personas las que viven con obesidad; la obesidad infantil tiene perspectivas de aumentar un 60% en la próxima década.
El jerarca expresó que se trata de “una amenaza para la sociedad en su conjunto”, ya que los sistemas de salud no resisten a las “epidemias de las enfermedades crónicas no trasmisibles”, por el impacto del gasto público que involucra a toda la sociedad.
Según datos de la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud de 2018, la prevalencia del sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años alcanzaba el 12% y un 27,9% presentaban riesgos de sobrepeso. Estas cifras tienen mayor impacto al compararlas en un periodo de 6 años, en el que se observa el aumento del 7%, indicó el MSP.
En 2018, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) realizó un estudio en profundidad sobre la alimentación de los escolares de 4 a 12 años, que publicó en 2019. El informe plantea que el sobrepeso y la obesidad son “un gran riesgo” para la salud de los niños. El estudio indica que casi el 40% de los niños mayores de 5 años presentan exceso de peso: 22% sobrepeso y 17% obesidad. Los niños tienen casi 6 kg por encima del peso máximo recomendado para considerar que están creciendo de forma saludable. Además, dice la investigación, el exceso de peso incrementa con la edad: a los 4 a 5 años los niños tienen 1,3 de kg de más; a los 7 a 9 años 6,7 kg y a los 10 a 12 años 7,7 kg. Es decir, antes de entrar al liceo cargan casi 8 kg de más.
En Uruguay, los datos marcan una prevalencia del 40% en niños de 4 a 11 años según la Evaluación del Programa de Alimentación Escolar (2019). En los adolescentes, la prevalencia representa un 36,3%, según la Encuesta Mundial de Salud Escolar (2019), y en mayores de 25 hasta los 64 años, alcanza el 65% de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Trasmisibles (2013).
Asqueta, además, reflexionó sobre el estigma que cargan las personas que padecen la enfermedad y destacó la importancia de sacar el foco de la “persona” y realizar el análisis con la mirada puesta en la sociedad, los entornos y la multiplicidad de factores que contribuyen a que una persona llegue a esta situación. En esta línea, el jerarca hizo un “llamado a la acción” de todos los involucrados, ya sea personas con obesidad, el sistema sanitario, personal de la salud, empresas, actores relevantes y tomadores de decisiones públicas, para que estas sean oportunas, pertinentes, adecuadas y coherentes.
Por su parte, la consultora en Primera Infancia de Unicef, Nora D'Oliveira resaltó la importancia de mostrar los datos sobre la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares para seguir avanzando en la toma de decisiones.
En esta línea, durante la actividad que realizó el MSP, se presentaron los resultados preliminares del análisis de consumo aparente de alimentos a partir de los datos de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH) 2016-2017 a cargo del licenciado en Nutrición Christian Berón y su colega Florencia Ceriani, quienes integran Somos Nutrición y desarrollaron el estudio con el apoyo de Unicef.
Así explicaron que el 24% del gasto de los hogares uruguayos se destinan a alimentos y bebidas. Estos traducidos en pesos implican un gasto diario de 146 pesos por persona. Si bien los hogares de menos ingresos gastan menos, a nivel de porcentaje del total de ingresos aumenta; en lo que refiere al consumo calórico, hay un exceso de 118%, en relación a la meta planteada por el MSP. Las personas consumen en promedio 2315 calorías diarias: 1 de cada 4 calorías provienen de alimentos ultraprocesados.
En líneas generales, el consumo de sodio, grasas, grasas saturadas y azúcares es mayor a la meta nutricional planteada por el MSP para estos nutrientes. Por otro lado, se evidenció el bajo consumo de frutas, verduras y pescado. Cuando se trata de hogares con menores de 5 años, se identificó que el consumo aparente de alimentos no muestra grandes diferencias con el consumo en toda la población. Se estima que puede tener impacto en el estado nutricional de estos niños, que es preocupante, tanto como el sobrepeso, la anemia, y las implicancias en el desarrollo.
El 5% de los hogares de mayores ingresos consumen mayor cantidad de calorías de forma similar a los datos para los hogares en general. El foco se hizo en los alimentos ultraprocesados, el porcentaje de calorías aportadas es del 25%, lo que representa casi un tercio del gasto de los hogares. En Montevideo se tiene mayor consumo de estos productos, indicaron los expertos.
En Uruguay existen políticas que están destinadas a combatir el sobrepeso y la obesidad:
Implementación y fiscalización del rotulado frontal de alimentos.Decreto de eliminación gradual de grasas trans.Ley 19.140 de alimentación saludable en centros educativos y la estrategia de prevención del sobrepeso y la obesidad en la infancia y la adolescencia: prácticas de alimentación saludable y actividad física en entornos educativos.Monitoreo de la aplicación del Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna.Creación de una guía para MYPES sobre rotulado y reafirmación de alimentos en conjunto con el LATU.Desarrollo de protocolos para el abordaje del sobrepeso y la obesidad en el curso de la vida.
Siete prácticas en los centros educativos para proteger a niños y adolescentes de sobrepeso y la obesidad
Unicef, Anep, MSP, Ministerio de Educación y Cultura y la Secretaría Nacional de Deportes identificaron mejores prácticas para promover hábitos saludables:
Hacer propias las recomendaciones: la alimentación de los niños ha cambiado mucho en los últimos tiempos, la comida casera ha dejado de ser lo cotidiano y alimentos que antes eran esporádicos (panchos, bebidas azucaradas, galletitas) se han convertido en parte de la dieta.Integrar las recomendaciones de forma transversal en clases.Ofrecer únicamente alimentos saludables.Vincular a los estudiantes con la preparación de alimentos.Acercar a los estudiantes al cultivo de alimentos.Disminuir el sedentarismo.Facilitar la realización de actividad física.