"El acoso moral toca todos los niveles jerárquicos y todos los medios sociales y culturales", afirma la psicóloga francesa Marie France Hirigoyen, especialista en psiquiatría, psicoanálisis y psicoterapia familiar y autora del libro "El acoso moral", entre otros tantos vinculados a esta problemática.
Antes de su visita a nuestro país, en el marco del primer Congreso de Mobbing y Bullying que se realizará en mayo, hablamos con Hirigoyen sobre el acoso psicológico, los perfiles de las víctimas y qué medidas pueden tomarse para enfrentar estas situaciones que pueden llevar a estados de estrés y angustia profundos en quienes las sufren.
El acoso psicológico se puede producir en distintos ámbitos de la vida cotidiana, ¿cómo se detecta?
Lo que llamamos acoso moral o psicológico puede producirse en diferentes contextos: en el trabajo, en la familia o bien en los colegios, entre los alumnos. Consiste en comportamientos repetitivos (palabras, gestos, actitudes) que buscan, consciente o inconscientemente, someter o destruir psicológicamente a otro individuo. Todos estos procedimientos están muy estereotipados: consisten en aislar a una persona, controlarla, ponerla bajo presión, descalificarla, sin que la figura del agresor sea cuestionada, pues la responsabilidad siempre es atribuida a la persona agredida.
¿Cuáles son las características de la personalidad de quienes provocan esas situaciones?
En el plano laboral el agresor puede tener distintos perfiles. Los que más se reiteran son los perversos narcisistas, que son personas centradas en ellas y que no tienen ninguna consideración hacia los demás. Para ellos el otro no es una persona digna de respeto sino un objeto utilizable, al que se puede aplastar sin escrúpulos. Para el agresor es una forma de crecer, anulando a los otros.
Al margen de esto, algunas personas pueden, sin ser malintencionadas, tener comportamientos perversos en determinadas situaciones, por ejemplos si se sienten inseguras o en peligro.
Esto puede ocurrir también con personas obsesivas, extremadamente meticulosas, que verifican todo y que, al estar ansiosas, se vuelven agresivas. También puede pasar en personas que no saben manejar su estrés y que lo transmiten al escalafón inferior o bien en personas que tienen buenas competencias técnicas pero que no saben manejarlas.
¿Y las características de la personalidad de quienes las sufren?
¡Cualquiera pueda ser víctima! No solamente personas frágiles. Todo depende del contexto. Sin embargo, existen personas que resisten mejor que otras, porque tienen una buena autoestima, cuentan con apoyo o no han vivido situaciones traumáticas en su infancia.
¿Influye el género, el nivel socioeconómico, la edad?
El acoso moral toca todos los niveles jerárquicos y todos los estratos sociales y culturales. No obstante, los más jóvenes y las personas mayores son víctimas más frecuentes que los de mediana edad.
En términos macro las mujeres son víctimas de acoso moral con más frecuencia que los hombres, por diversas razones. En primer lugar, porque está ligado al machismo clásico: algunos hombres tienen bajo la mirada de las mujeres comportamientos que no se atreverían a tener bajo la mirada masculina.
También ocurre que profesionalmente las mujeres ocupan más a menudo cargos subalternos, donde tienen menores posibilidades de defenderse. Del mismo modo, cuando una mujer rechaza el acoso sexual es frecuente que sobrevenga el acoso moral.
¿Cuáles son las mayores consecuencias psíquicas para quienes sufren una situación de acoso?
El acoso moral produce estrés y angustia dado que, como todo ocurre en el anonimato, las víctimas responden con conductas inapropiadas. Como la presión persiste por períodos prolongados (meses, a veces años), las personas desarrollan estados de ansiedad crónica. Aparecen igualmente problemas psicosomáticos y estados depresivos, y a veces estados de estrés postraumático.
Lo que diferencia al sufrimiento vinculado al acoso moral del que está asociado a condiciones laborales difíciles o hasta violentas es el sentimiento de humillación y de atentado a la dignidad.
¿Se puede revertir este tipo de situaciones?
Desde el momento en que se sufre por un maltrato, falta de respeto o por no ser escuchado, se debe poder hablar rápidamente con alguien que brinde otra mirada y permita saber si lo que se está viviendo es normal o se trata realmente de acoso moral.
De forma individual, generalmente, no se logra retroceder la situación.
En Francia, las víctimas de acoso moral pueden dirigirse a las asociaciones o a consultas médicas especializadas en patologías profesionales. Los médicos del trabajo así como los servicios de recursos humanos deberían, en principio, poder ayudar a las víctimas.
Antes de recurrir a la Justicia es necesario comenzar a informarse sobre los derechos, sea a través del Ministerio de Trabajo, de un sindicato o de un abogado. Y sobre todo, no hay que quedarse solo.
Montevideo Portal / Inés Nogueiras
Agradecemos a Alejandra Sghirla por la traducción.
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