Un estudio del Instituto español de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras da respuesta a la pregunta de por qué algunos pacientes con leucemia responden al tratamiento de fármacos epigenéticos anticancerígenos, mientras que otros no.
La investigación liderada por el equipo del director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Manel Esteller, fue publicada en la revista Cancer Research Communications.
“Decidimos focalizar nuestro estudio en un tipo de cáncer de la médula ósea, donde se forman las células sanguíneas de la leucemia, denominado síndrome mielodisplásico, porque su opción de tratamiento es un fármaco epigenético denominado azacitidina, un inhibidor de la metilación del ADN. Estudiamos qué ocurría a nivel del ADN y de las proteínas en miles de células separadas de estos pacientes en dos puntos temporales: antes y después de recibir la terapia epigenética”, explicó Esteller.
El investigador precisó que lograron caracterizar más de 30 subtipos celulares y 50 genes, lo que les permitió observar que los pacientes en los que el tratamiento farmacológico tenía efecto poseían un perfil particular a nivel de célula individual.
En concreto, presentaban un descenso del número de mutaciones en las células madre progenitoras y en granulocitos —un tipo de célula inmunitaria que tiene partículas pequeñas— y monocitos —un tipo de glóbulos blancos— inmaduros, lo que es indicativo de que la terapia epigenética —desarrollada a partir de las modificaciones en la expresión de genes— tiene pocas posibilidades de éxito, según los investigadores.
No obstante, para aquellos pacientes resistentes al fármaco epigenético, la buena noticia es que detectaron que algunas de las nuevas mutaciones que aparecen pueden ser una diana de otros medicamentos dirigidos especialmente contra ellas.
“Como si se tratara del juego del gato y el ratón entre el médico y el cáncer, la fortaleza del tumor contra un fármaco le genera vulnerabilidad frente a otro medicamento. De ahí la importancia de los estudios moleculares a nivel de célula única que permiten predecir, no solo el pronóstico de la enfermedad, sino también a qué puede ser sensible esa leucemia”, concluyó Esteller.
EFE