Investigadores de centros españoles y alemanes han publicado
este miércoles en la revista Nature un novedoso mecanismo para llevar
sustancias bioactivas al interior de la célula utilizando compuestos de boro
con propiedades supercaotrópicas.
Este nuevo vehículo de transporte de fármacos al interior de la célula rompe el
dogma "anfifílico" establecido hasta ahora y abre un nuevo camino en
el campo de la investigación, que podría favorecer la eficacia de los
medicamentos.
El equipo de investigadores esta formado por científicos del Centro Singular de
Investigación en Química Biolóxica y Materiais Moleculares (CiQUS), de la
Universidad de Santiago de Compostela (noroeste de España), y la Jacobs
University (Alemania).
Según el CiQUS, esta nueva clase de vehículos moleculares son “clústeres de
boro con forma esférica, carga negativa y una excelente solubilidad en el
agua".
La clave, destacan los investigadores, reside en su “naturaleza
supercaotrópica”, una propiedad que les permite “desordenar las moléculas de
agua y deshidratar así la carga que transportan” para poder atravesar la
membrana hidrófoba.
El grupo que dirige el profesor Werner Nau (Jacobs University) estudia el
comportamiento de los clústeres de boro en modelos de membranas basados en
vesículas artificiales.
Los clústeres de boro sustituidos con grupos de bromo presentaron un equilibrio
caotrópico idóneo para conseguir transportar sustancias a través de la membrana
sin causarle daños. Estos compuestos interactúan con las moléculas a
transportar de una manera totalmente novedosa, sin necesidad de agregarse con
ella o tener que encapsularla.
“Los nuevos vehículos tienen unas propiedades de transporte muy particulares”
comenta Andrea Barba-Bon, investigadora del equipo alemán y primera coautora
del estudio.
Barba-Bon apunta, además, que “a diferencia de los tradicionales compuestos
anfifílicos, el orden en que se añaden los clústers y las moléculas que
queremos transportar a las vesículas, o incluso el tipo de membrana, tienen un
efecto mínimo sobre su efectividad”.
Los investigadores del CiQUS consiguieron llevar diferentes cargos hidrofílicos
al interior de las células, incluyendo la faloidina -una molécula empleada
habitualmente como marcador bioquímico del citoesqueleto- hasta el citosol en
el interior de las células, y teñir de este modo el esqueleto intracelular de
distintos tipos de células.
“Hemos identificado una clase completamente nueva de vehículos que podrían ser
utilizados para llevar distintos fármacos al interior de las células. Los
aniones supercaotrópicos son una nueva herramienta, totalmente diferente a las
que había hasta la fecha, para poder internalizar sustancias hidrófilas en la
célula cuyo potencial recién se acaba de empezar a explorar” explica Guilia
Salluce, doctorando en el grupo del profesor de la USC Javier Montenegro, que
figura también como primera coautora del estudio.
EFE
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