Tras dos semanas de confinamiento general que en algunos casos se remonta ya a más de un mes, las muestras de descontento en Shanghái se multiplican pero no logran por ahora doblegar la férrea apuesta de las autoridades por el "covid cero".
El número de contagios sigue sin estabilizarse en la mayor ciudad del país y su principal centro económico, pero sí lo ha hecho y ya va a la baja en otros de los principales rebrotes, como el de la provincia de Jilin, confinada y aislada de todo el país antes que Shanghái.
La Comisión Nacional de Salud notificó este sábado 3.590 casos en Shanghái, a los que se suman otros casi 20.000 asintomáticos que no se incluyen en las estadísticas oficiales de contagios.
El encierro eterno
Mientras, en la metrópolis occidental de 26 millones de habitantes, aumenta el descorazonamiento de la población pese a los anuncios de que se relajarán las restricciones en zonas sin contagios.
Aunque las autoridades dijeron que los habitantes de complejos de viviendas donde no hubiera habido ningún caso de covid-19 en 15 días podrían salir a la calle al ser considerados de "bajo riesgo", lo cierto es que en cada comunidad pueden llegar a vivir miles de personas, lo que dispara la posibilidad de que haya algún positivo.
Esto significa que un solo contagio en el complejo pone para todos los vecinos el contador a cero, lo cual implica otros 15 días de encierro.
Así, escenas de enfrentamiento de los habitantes de Shanghái con la policía y los trabajadores sanitarios siguen filtrándose a las redes sociales occidentales casi a la misma velocidad a la que son censuradas y borradas de las plataformas de China, donde tanto Twitter como Facebook o Instagram están vetados.
Entre los más sonados, un video en el que vecinos de unos apartamentos estatales para "talentos" de distintos sectores se enfrentan a las autoridades tras ser desalojados de sus viviendas para convertirlas en centros de aislamiento de pacientes de covid-19 o contactos cercanos.
Con base en EFE