Un ensayo de la Clínica Universidad de Navarra, en el norte de España, con la participación del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona (noreste español) desarrolló un anticuerpo de última generación que podría abrir un tratamiento para tumores que se mostraron resistentes a la inmunoterapia.

El estudio, indican sus autores en un comunicado, demostró inicialmente la capacidad del anticuerpo GEN1046 para desencadenar la actividad antitumoral en pacientes de cáncer, incluso en aquellos con tumores sólidos refractarios avanzados. Unos datos preliminares que ya fueron publicados en el número de mayo de la revista científica Cancer Discovery.

El fármaco GEN1046 se probó por primera vez en un ensayo clínico fase I en 61 pacientes con tumores sólidos refractarios avanzados y ha demostrado efectos inmunológicos farmacodinámicos en sangre periférica consistentes con su mecanismo de acción, toxicidad manejable y actividad clínica objetiva temprana en pacientes muy pretratados, incluidos los casos de aquellos con tumores resistentes a la inmunoterapia previa con anti-PD-(L)-1.

“Así, hasta el 65,6% de los pacientes experimentaron el control de la enfermedad. La alta tasa de control de la enfermedad sugiere una importancia clínica para esta población”, indica Elena Garralda, jefa del Grupo de Desarrollo Clínico Precoz de Fármacos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).

Para comprobar el efecto de GEN1046 en las células tumorales, se realizaron diferentes pruebas tanto in vitro como en modelos animales que demostraron que este nuevo fármaco era capaz de conseguir que tumores insensibles a los inhibidores del punto de control tuvieran una respuesta gracias a su doble especificidad.

Así se logró una potente actividad antitumoral que confería además protección contra inóculos del mismo tumor en ratones y mejoraba significativamente la llegada al tejido tumoral de células T CD8+ capaces de destruir células cancerosas.

Según Ignacio Melero, codirector del Servicio de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra, investigador senior del Cima y autor senior del ensayo, el anticuerpo GEN1046 “está diseñado para combinar el bloqueo de la proteína PD-L1 con la estimulación condicional del antígeno 4-1BB. Por tanto, es capaz de desactivar un freno crucial del sistema inmunitario (PD-L1) a la vez que pisa un acelerador de gran importancia (4-1BB) capaz de activar aquellas células del sistema inmune que pueden ser capaces de destruir células tumorales”.

Y en este sentido añade que, aunque se conoce desde hace casi dos décadas que el bloqueo de PD-L1 coopera con la estimulación de 4-1BB, "no ha sido hasta ahora que podemos hacerlo en pacientes con un único fármaco biespecífico” y por tanto este anticuerpo “podría llenar un vacío clínico para el tratamiento de la enfermedad refractaria al tratamiento con inhibidores de punto de control anti-PD(L)1”.

De acuerdo con estos resultados, el desarrollo clínico del fármaco continúa en un estudio fase 2, que ya está en curso, para proporcionar datos adicionales de eficacia y seguridad, así como ayudar a definir las estrategias de tratamiento más adecuadas y por tanto, “aunque los resultados son prometedores, es prematuro sacar conclusiones", advierte Melero.

Con información de EFE