Investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS, de Barcelona, han participado en un estudio internacional que ha demostrado la eficacia de un nuevo dispositivo formado por un marcapasos y un desfibrilador que se comunican entre ellos por radiofrecuencia, sin cables, lo que evita las infecciones a las personas que padecen problemas cardíacos.
En este estudio internacional, publicado en el New England Journal of Medicine (NEJM), han participado en el comité directivo el doctor Lluís Mont, jefe de la Unidad de Fibrilación Auricular y del grupo Biopatología y tratamiento de las arritmias cardíacas del IDIBAPS, y el doctor José Tolosana, del mismo equipo, que ofrecieron una rueda de prensa para explicar este avance médico.
Durante diez años, investigadores y médicos de Europa, Asia y Estados Unidos, entre ellos el grupo del Clínic de Barcelona, han trabajado en el nuevo dispositivo, formado por un desfibrilador subcutáneo y un marcapasos muy pequeño, que funcionan sin cables y se comunican entre ellos por radiofrecuencia, en pacientes con arritmias ventriculares con riesgo de muerte súbita.
El ensayo se ha probado en 162 pacientes, de los que una veintena han sido tratados en el Hospital Clínic, con un seguimiento posterior no menor de seis meses.
Entre ellos se encuentra David Andújar, al que se le implantaron el desfibrilador y el marcapasos sin cables el pasado año 2023, tras sufrir un ataque cardíaco masivo en octubre de 2022 y que explicó su vivencia como enfermo.
Tras ser operado y recibir el nuevo dispositivo, este paciente, que tenía 48 años en el momento de sufrir el ataque, no ha registrado ninguna complicación cardíaca y puede hacer una vida mucho más normal, aunque debe conectarse cada día a una máquina en su casa a la que el marcapasos y el desfibrilador envían la información sobre la actividad de su corazón.
Esta información se deriva a los médicos y sanitarios del hospital, que controlan la evolución de Andújar, que llegó a quedar con un 31 % de función cardíaca y que hoy se mostró satisfecho y agradecido por haber formado parte de este estudio.
El doctor Mont ha considerado que el estudio permitirá "cambiar el paradigma de tratamiento de los pacientes con arritmias ventriculares y riesgo de muerte súbita, ya que se podrán beneficiar de ambos tipos de estimulación -desfibrilador y marcapasos-, evitando las complicaciones que se observan con los sistemas de cables al cabo de unos años de su implantación".
Actualmente, el tratamiento que se da a los pacientes con arritmias ventriculares que están en riesgo de muerte súbita es el desfibrilador, que se implanta bajo la piel en la zona que está un poco más abajo de la axila y que lleva un cable hasta el área del corazón.
Este desfibrilador permite monitorizar el ritmo cardíaco y emite descargas cuando detecta una arritmia peligrosa o pequeños impulsos cuando el corazón va demasiado lento.
Estos dispositivos pueden provocar complicaciones debidas a infecciones, desplazamiento de los electrodos y reacciones adversas, que aumentan a medida que pasa el tiempo, aunque los desfibriladores subcutáneos son menos invasivos y han mejorado estas complicaciones.
No obstante, los desfibriladores no permiten la estimulación para ritmos cardíacos lentos o la estimulación de ritmos rápidos para detener la taquicardia evitando un 'shock' eléctrico.
Por su parte, los marcapasos usan impulsos eléctricos de baja energía para controlar la frecuencia y el ritmo de los latidos del corazón, y mientras los tradicionales envían los impulsos eléctricos a través de cables, los inalámbricos lo hacen sin ellos.
La nueva investigación ha demostrado que si ambos aparatos se comunican funcionan de forma eficaz y sin complicaciones, lo que beneficia a los pacientes que padecen arritmias ventriculares con riesgo de muerte súbita.
Las arritmias son alteraciones en el ritmo normal del corazón, que puede latir demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento (bradicardia) o de forma irregular, unas situaciones que pueden ser benignas y sin síntomas, o bien causar síntomas graves como mareos, falta de aire, dolor en el pecho o desmayos.
Entre las más peligrosas se encuentran la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular, que pueden llevar a la muerte súbita si no se tratan rápidamente.
El nuevo dispositivo precisa ahora de la aprobación de la FDA (agencia del Gobierno de Estados Unidos, responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos y aparatos médicos, entre otras cosas) y de la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) para poder iniciar su comercialización, ha precisado el doctor Mont.
EFE
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