Cuidar bien los dientes (cepillarse, usar hilo dental, realizar revisiones dentales regulares) es, por supuesto, importante para una buena salud. Ahora, los investigadores señalan que también es esencial para la salud del cerebro.
Aunque ya estaba claro que una mala salud dental podía aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y enfermedad cardiaca, un nuevo estudio encuentra que los adultos que tienen una propensión genética a las caries, las dentaduras postizas y los dientes faltantes también son más propensos a presentar señales de un deterioro de la salud del cerebro.
Esta salud cerebral en deterioro podría afectar a la memoria y a la capacidad de pensar con claridad y de funcionar en la vida.
“La salud oral es un factor de riesgo bastante fácil de modificar. Es uno de los más fáciles. Solo debemos cuidar mejor la salud oral, y no es demasiado costoso ni complicado”, señaló el coautor del estudio, el Dr. Cyprien Rivier, miembro postdoctoral de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
El estudio no demuestra que la higiene dental en realidad mejore a la salud cerebral, pero es un área que amerita más investigación, aseguró el Dr. Joseph Broderick, profesor del Departamento de Neurología y Medicina de la Rehabilitación de la Universidad de Cincinnati, y voluntario experto de la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular (American Stroke Association).
Unos factores de riesgo como el tabaquismo y la diabetes tienen un rol más importante que los marcadores genéticos para una mala salud oral, anotó Broderick en un comunicado de prensa de la asociación del ACV. Broderick no participó en la investigación.
El equipo de Rivier analizó el vínculo potencial entre la salud oral y la salud del cerebro usando datos del U. K. Biobank. El estudio incluyó a 40.000 adultos sin antecedentes de ACV, que fueron evaluados entre 2014 y 2021.
Cada participante se sometió a pruebas de detección de 105 variantes genéticas que pueden predisponer a una persona a los problemas dentales. Los investigadores también observaron IRM (imagen por resonancia magnética) de los cerebros de los participantes, y escanearon el daño en la materia blanca, las hiperintensidades de la materia blanca, y el daño microestructural.
El daño en la materia blanca del cerebro puede afectar a la memoria, el equilibrio y la movilidad, anotaron los investigadores. El daño microestructural puede presentarse como cambios en la arquitectura fina del cerebro.
El estudio encontró que las personas con una tendencia a las caries, a los dientes faltantes y a las dentaduras postizas tenían un aumento de un 24% en la cantidad de hiperintensidades de la materia blanca.
También presentaban un cambio de un 43% en las puntuaciones de daños microestructurales visibles en las IRM.
En general, las hiperintensidades de la materia blanca se acumulan de forma silenciosa a lo largo de décadas, y se han correlacionado con firmeza con el riesgo futuro de ACV y con el riesgo de demencia, anotó el Dr. Shyam Prabhakaran, profesor de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago. Prabhakaran no participo en este estudio.
La investigación “de verdad comienza a inclinarse hacia una identificación más temprana de los que tienen una mala salud oral, y entonces pensar sobre las implicaciones para la salud pública de cómo tratamos a las personas con esa salud oral antes, de forma que con algo de suerte podamos modificar y mejorar la salud oral”, planteó Prabhakaran.
La idea es que esto tendría el potencial de conducir a menos cambios en el cerebro, y entonces a menos ACV y demencia en el futuro más distante, comentó.
En cuanto al vínculo entre la salud de la boca y del cerebro, es posible que una mala salud oral cree una inflamación de bajo grado en el cuerpo, que entonces afecte al revestimiento de los vasos sanguíneos, señaló Prabhakaran. Esto podría conducir a la acumulación de placas de colesterol, o a microcoágulos.
Prabhakaran anotó que se han llevado a cabo algunas investigaciones de calidad sobre el impacto de las infecciones, lo que incluye a las infecciones dentales, que causan cambios en las arterias.
“Algo tan sencillo como cuidar los dientes, cepillar los dientes, ir al dentista con la frecuencia recomendada, esos tipos de actividades valen la pena. Van más allá de la cosmética”, aseguró Prabhakaran.
El ACV es la quinta causa principal de muerte en EE. UU., según la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular. Y alrededor de tres de cinco personas desarrollan una enfermedad del cerebro durante su vida, según la asociación.
Rivier dijo que los resultados del estudio tendrían que ser replicados en un ensayo aleatorio controlado antes de que los médicos puedan ofrecer recomendaciones específicas. Pero, por supuesto, sugerir que todo el mundo debe cuidar sus dientes no tiene nada de malo.
“Solo añade otro incentivo”, aseguró Rivier en declaraciones recogidas por HealthDay News.
Entre las limitaciones del estudio se incluyen que las personas en el U. K. Biobank son sobre todo blancas y de ascendencia europea. Hay que realizar más investigaciones en grupos diversos, reconocieron los autores.
Los hallazgos se presentarán virtualmente y en la conferencia internacional de Dallas de la Asociación Americana del Accidente Cerebrovascular, del 8 al 10 de febrero. Los hallazgos presentados en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.