Tal como informáramos, investigadores del Centro Wyss de Bioingeniería y Neuroingeniería, en colaboración con la Universidad de Tubinga (Alemania), consiguieron que una persona con parálisis completa, que no puede hablar, por padecer esclerosis lateral amiotrófica (ELA) avanzada, se comunique a través de una interfaz cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés) implantada.
Los resultados demuestran que es posible la comunicación con personas que están completamente aisladas a causa de esta enfermedad neurodegenerativa progresiva en la que los pacientes pierden la capacidad de moverse y hablar. El estudio clínico, que lleva más de dos años con el participante, se publica en 'Nature Communications'.
El paciente,, que no pudo comunicarse durante meses después de perder incluso la capacidad de mover los ojos, usó un implante cerebral para pedir una cerveza a sus cuidadores, detalló el periódico británico The Independent.
El hombre formó oraciones a una velocidad de solo un carácter por minuto. Además de beber cerveza y quiso escuchar a la banda Tool “a todo volumen”, solicitó que su mamá le hiciera un masaje en la cabeza y pidió un curry: todo a través del poder del pensamiento.
Al hombre, que ahora tiene 36 años, se le implantaron quirúrgicamente dos conjuntos de electrodos cuadrados en el cerebro para facilitar la comunicación en marzo de 2019 después de quedar paralizado como resultado de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica).
El equipo desarrollador de los implantes también está trabajando en 'Ability', un dispositivo BCI implantable e inalámbrico diseñado para conectarse de forma flexible a matrices de microelectrodos o a redes de electrodos ECoG. Esto permitirá la detección y el procesamiento de señales procedentes de zonas muy específicas o más amplias del cerebro. Este enfoque podría permitir la decodificación del habla directamente desde el cerebro durante el habla imaginada, lo que llevaría a una comunicación más natural.