Medidas como prohibir completamente el tabaco a las futuras generaciones, de forma que no puedan adquirirlo ni siquiera cuando alcancen la mayoría de edad, obtuvieron hoy apoyos en el Congreso Mundial para el Control del Cáncer.
Se considera que tales restricciones pueden ser eficaces para acabar con un hábito que causa ocho millones de muertes al año.
Ésta y otras "soluciones definitivas" estuvieron sobre la mesa en una de las principales sesiones del congreso, donde la ministra de Sanidad de Nueva Zelanda, Ayesha Verrall, presentó la iniciativa para que los neozelandeses nacidos después de 2008 ya no puedan comprar tabaco.
Sería la primera vez que se aplicaría a nivel nacional una prohibición generacional en el mundo, aunque ha habido pruebas localmente en lugares como Brookline, una ciudad de Massachusetts (noreste de Estados Unidos), donde los nacidos después de 2000 no pueden adquirir tabaco.
"Se trata de asegurarse de que determinada generación ya no pueda acceder al tabaco", explicó a Efe la uruguaya Adriana Blanco, jefa del secretariado de la Convención Marco para el Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien participó como ponente en la sesión.
Blanco aclaró que no se trataría de una suerte de "ley seca" sobre los cigarrillos, "ya que la gente que es adicta podrá seguir comprando su tabaco", y afirmó que estas medidas son positivas para dar el "toque de gracia" a este hábito en países como Nueva Zelanda donde la prevalencia de fumadores es baja (9 %).
El país oceánico, que ya en 2011 se propuso el objetivo de ser un país libre de tabaco en 2025, podría ser en el futuro imitado por otros como Malasia, Dinamarca o el Reino Unido, donde se debaten medidas similares.
No son las únicas "soluciones definitivas" que se plantean, indicó a Efe Blanco, quien también citó la reducción obligatoria de la cantidad de nicotina en los cigarrillos, la limitación de los puntos de venta o la creación de licencias para fumadores.
La ministra de Nueva Zelanda señaló al presentar la iniciativa en su país (aún en proyecto de ley) que no se trata de un enfoque "prohibicionista" teniendo en cuenta que no se aplicarán multas a los fumadores, y que se pondrá a disposición de todos tratamientos sustitutivos de la nicotina que eviten un mercado negro.
En todo caso, "es difícil que un eventual mercado negro fuera más peligroso", aseguró Blanco, "porque a diferencia de lo que ocurre con las drogas duras, que cuando están adulteradas son más peligrosas, con el tabaco hasta el cigarrillo más puro, el de mejor calidad, es igual de dañino".
Acabar con un hábito que cada año mata a un millón de fumadores pasivos - quienes inhalan el humo que otros expelen - es urgente, según la responsable de la convención marco: "Es una aberración que haya un producto que mata a la mitad de sus consumidores y si hoy en día intentara entrar en el mercado jamás tendría éxito", afirmó.
En la sesión también se subrayó que hay que evitar por todos los medios "involucrar a la industria tabaquera" en cualquier campaña de reducción del tabaquismo, a la vista de su gran poder de presión y a las trabas que a lo largo de décadas ha puesto a estos planes.
La industria se esfuerza en los últimos años por cambiar su narrativa ofreciendo los cigarrillos electrónicos como supuestas alternativas más sanas con las que en realidad "buscan enganchar a los adolescentes", señalaron los ponentes.
EFE