Por The New York Times | Trisha Pasricha
Cuando los pacientes me consultan para hacerse su primera colonoscopia, lo primero que suelo decirles es: “¡Felicidades!”. Como gastroenterólogo, los felicito por hacer algo importante para su salud y comparto su alegría por haber dejado atrás la parte más difícil del proceso de la colonoscopia: la preparación.
Ya sea que la colonoscopia esté en tus planes porque tu médico desea investigar síntomas como la diarrea crónica o el sangrado rectal o para descartar cáncer colorrectal (lo cual se le recomienda a la mayoría de las personas a partir de los 45 años), vas a tener que prepararte.
Conversé con otros expertos que me dieron consejos para hacer que la experiencia sea más llevadera.
No es la colonoscopia que le hicieron a tu abuelo
Si has oído a familiares o amigos hablar de las colonoscopias, quizá te sorprenda lo mucho que ha cambiado la preparación y el procedimiento en comparación con generaciones anteriores.
Aún es necesario que limpies tu colon de antemano, pero hay muchas opciones nuevas de laxantes (líquidos, en polvo y en pastillas) que no te obligarán a tomar más de una decena de tazas de fórmula salada de una sentada. Por ejemplo, el kit de preparación intestinal Suprep, solo requiere beber dos tazas de laxante líquido, una por la noche antes de la intervención y otra por la mañana; y Sutab, una opción en pastillas aprobada en fechas recientes que consiste en tragar dos dosis de 12 comprimidos, resulta atractiva para muchas personas que buscan evitar los laxantes líquidos o en polvo (que pueden tener un sabor desagradable).
El procedimiento de la colonoscopia también se ha modernizado. Ahora hay maneras más seguras de inflar el colon en busca de tumores precancerosos, mejores cámaras para ayudar en la búsqueda y técnicas más sofisticadas para retirar el tejido anormal.
De hecho, las colonoscopias se han vuelto tan seguras y cómodas para mis pacientes que es habitual que se despierten después del procedimiento y pregunten: “¿Ya se acabó?” o “¿A qué hora empezamos?”.
Las colonoscopias, al igual que cualquier otro procedimiento, conllevan riesgos graves (aunque poco comunes) y las instrucciones de preparación van a variar en función de tus necesidades médicas y de los laxantes específicos que te receten, por lo que es importante que revises todo previamente con tu médico.
Antes de la purga
El día anterior a tu colonoscopia, comenzarás la famosa preparación intestinal. Esto implica comenzar una dieta de líquidos claros y tomar laxantes que limpien el colon. Los laxantes se dividen en dos dosis: una que se toma la noche previa al procedimiento y otra en la mañana de la intervención. Hasta una cuarta parte de las colonoscopias no logran concretarse debido a una mala preparación.
“Una parte muy importante de las lesiones precancerosas del colon son bastante sutiles”, afirmó Douglas Rex, gastroenterólogo y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana. “Para poder identificarlas con claridad, el colon debe estar limpio”.
Tres días antes de la colonoscopia Elimina los alimentos abundantes en fibra como los frutos secos, las semillas, el pan integral y las verduras crudas, ya que tardan más en pasar por el tubo digestivo y pueden dificultar la visión del médico en el interior del colon.
Algunas personas creen que los días previos a la dieta líquida son su última oportunidad para comer bien, pero excederse puede representar un contratiempo: cuanto más comas, más tendrá que expulsar tu organismo.
También deberás asegurarte de que alguien te recoja después de la intervención, pues no podrás conducir debido a la anestesia.
El día anterior a la colonoscopia Cuando te despiertes el día previo al procedimiento, comenzarás una dieta estricta de líquidos claros (que también puede incluir ciertos alimentos). Se permite el agua, el caldo de pollo y el jugo de manzana, al igual que alimentos como paletas de hielo sin pulpa o incluso la gelatina, siempre y cuando todo sea transparente o de color claro (por ejemplo, la gelatina roja puede confundirse con sangre). El café negro y el té también se consideran líquidos transparentes, “por lo que tus mañanas no tienen por qué estar totalmente arruinadas”, señaló Audrey Calderwood, directora del Centro Integral de Gastroenterología del Centro Médico Dartmouth Hitchcock.
Por lo general, por la tarde o por la noche, te van a pedir que tomes la primera dosis de tu tratamiento de preparación, así que planea pasar una noche acogedora en casa y quédate cerca del baño.
Si tienes que mezclar tu tratamiento con otro líquido, este debe ser de color claro, pero no tengas miedo de ser creativo con las combinaciones de sabores. El ginger ale, el jugo de frutas, las bebidas para deportistas o el té pueden hacer que la solución sea más agradable al paladar, e incluso puedes probar una versión salada mezclando el paquete de sabor de los fideos ramen.
El sabor de ciertos preparados les parece desagradable a algunas personas, así que, si se te revuelve el estómago con facilidad, pídele a tu médico un medicamento contra las náuseas. Beber la solución preparada con un popote ayuda a que no la huelas; chupar dulces de menta o pastillas mentoladas entre un sorbo y otro también puede mitigar el mal sabor. Además, puedes enfriar la preparación en el refrigerador y evita usar hielo si no te la vas a tomar enseguida, dijo Calderwood. Cuando el hielo se derrita, diluirá la mezcla y tendrás más líquido que tomar.
Hagas lo que hagas, no bebas alcohol el día anterior a la colonoscopia. Aunque técnicamente puede ser un líquido claro, el alcohol puede ocasionar deshidratación e interferir con la anestesia, lo que puede ser una combinación peligrosa.
La purga se producirá desde unos minutos hasta unas horas después de empezar a tomar el laxante, así que abastécete de antemano de papel higiénico suave o toallitas húmedas con hamamelis o aloe vera. (Eso sí, aunque en el paquete diga “desechable”, no tires las toallitas húmedas por el excusado porque pueden afectar al medio ambiente y obstruir las tuberías).
La mañana de la colonoscopia Varias horas antes del procedimiento, es probable que te indiquen tomar la segunda dosis de tu tratamiento de preparación. También deberás dejar de beber todo tipo de líquidos al menos de dos a cuatro horas antes de la intervención programada, según te indique el médico.
Para este momento, las heces deben ser líquidas y transparentes. Si no es así, sé sincero con tu médico. “Lo último que quieres es hacer todo este esfuerzo, tomarte tiempo libre y que luego no se concrete”, señaló Rex. Es normal que los pacientes que presentan ciertas enfermedades (como estreñimiento crónico) o que toman ciertos medicamentos (como opiáceos) tarden más en prepararse de manera adecuada, así que asegúrate de revisar tu historial médico con tu doctor. En ocasiones, basta con tomar la preparación intestinal un día más para resolver el problema.
No olvides llevar un tentempié para el viaje de regreso a casa: te va a dar hambre y quizá se te antoje algo más que las galletas sin sal que las enfermeras te ofrecerán en la sala de recuperación.
Es muy importante que sigas las instrucciones de tu médico al pie de la letra antes del procedimiento. Si no lo haces, tendrás que volver a pasar por el proceso muy pronto: en el plazo de un año, en lugar de hasta 10 años, como se recomienda para la mayoría de las personas con un análisis normal y una preparación adecuada. El colofón
De acuerdo con Calderwood, para muchas personas, los aspectos psicológicos de la preparación para una colonoscopia son más difíciles que los físicos. Tendrás que lidiar con (mucha) diarrea, la ausencia de alimentos sólidos durante 24 horas y la anestesia para el procedimiento, que en conjunto puede resultar abrumador.
“Es casi como prepararse para correr una maratón”, explicó Calderwood, pero recuerda que no es una tarea insuperable. “Mucha gente ya lo hizo antes que tú y lo hace todos los días”. Las colonoscopias se han vuelto más seguras y cómodas, y hay nuevas opciones de laxantes para limpiar el colon. (Lucy Hewett/The New York Times) Las colonoscopias se han vuelto más seguras y cómodas, y hay nuevas opciones de laxantes para limpiar el colon. (Lucy Hewett/The New York Times)