¿Pueden hacer daño los ajíes picantes y esas salsas que parecen fuego líquido?
Una experta en nutrición de los Hospitales Universitarios del Centro Médico de Cleveland, en Ohio, sugiere que aunque quizá le pique en la lengua cuando cena y provoque algo de incomodidad gastrointestinal a medida que pasa por el cuerpo, en realidad podría ayudar a mejorar la salud de por vida.
La capsaicina, el ingredientes en los pimientos que provoca su picante característico, es una sustancia aceitosa que se vincula con los receptores del dolor en la lengua y a lo largo del tracto digestivo. La capsaicina es lo que hace que sienta que su cerebro se ha incendiado cuando muerde un chile jalapeño.
"Pero la capsaicina en realidad no quema", explicó Jayna Metalonis, dietista de los Hospitales Universitarios. "Más bien, engaña al cerebro para que piense que ha ocurrido un cambio de temperatura, lo que resulta en la sensación de calor y dolor".
Se trata tan solo del intento del cuerpo de enfriarse y eliminar parte de los memorables síntomas inducidos por la especia, como el escurrimiento nasal, el lagrimeo ocular e incluso que se le caiga la baba. El estudio encontró que mientras consume comida picante, la temperatura del cuerpo en realidad aumenta en un esfuerzo por enfriar al cuerpo, de forma que la sensación de que la cabeza flota y que la piel se incendia no es solo cuestión de la imaginación.
En general, la capsaicina se desvincula de los receptores de dolor de la boca tras unos 20 minutos, pero entonces ocurre toda una serie de síntomas nuevos cuando comienza a desplazarse por el sistema digestivo. A medida que el irritante se desplaza, puede provocar sensaciones de ardor en el pecho, hipo, hinchazón de garganta, náuseas, vómitos, deyecciones dolorosas, e incluso diarrea.
Pero estas dificultades a corto plazo quizá valgan la pena por el beneficio a largo plazo, sugirieron los investigadores.
Según Metalonis, la investigación ha mostrado que las personas que comían comida picante seis veces por semana tenían un riesgo más bajo de muerte prematura, en comparación con las personas que comían comida picante menos de una vez por semana. Entre los beneficios se encontraban un colesterol más bajo, una reducción en las probabilidades de enfermedad cardiaca, una mejor salud estomacal e intestinal, e incluso la pérdida de peso. Pero aunque estos estudios encontraron una asociación, no probaron una relación causal.
La capsaicina también es el ingredientes clave en una variedad de analgésicos usados para tratar afecciones desde la artritis hasta la fibromialgia y los dolores de cabeza.
"La buena noticia es que en la mayoría de las personas sanas (incluso las que participan en desafíos 'extremos' que conllevan el consumo récord de pimientos picantes), comer comida muy picante no plantea ningún peligro grave ni duradero para la salud, y en general no requiere tratamiento médico", apuntó Metalonis en un comunicado de prensa del hospital, recogido por HealthDay News.
Pero anotó que hay excepciones.
El "desafío de un chip", un desafío viral de las redes sociales en TikTok que implica comerse una papita extremadamente picante llena de la especia segador de Carolina (Carolina Reaper), en algunas ocasiones ha enviado a las personas a emergencias con "un dolor de cabeza intenso", y unas rupturas espontáneas de garganta son poco comunes, pero han sucedido. Entonces, aunque quizá unos chiles hagan que su cena sea un poco más emocionante, lo mejor sigue siendo no consumir demasiado de algo bueno, añadió Metalonis.