Las cenas familiares frecuentes parecen ser un elemento positivo para la salud mental de los adolescentes, ayudándolos a sobrellevar con mayor entereza eventuales acosos cibernéticos.

Un estudio realizado por investigadores de la canadiense Universidad McGill sugiere que el contacto social, el apoyo y la comunicación que se produce durante las cenas en familia podrían fortalecer las defensas psicológicas de los chicos ante el bullying online, una forma de violencia que lamentablemente aumenta su incidencia.

A principios de este año, médicos de Canadá plantearon ante las autoridades la necesidad de que los perpetradores de acoso virtual sean llevados ante la Justicia, advirtiendo que esta clase de ataques ya son más frecuentes que los que se producen cara a cara.

El presente estudio, publicado en la revista JAMA Pediatrics, entrevistó a más de 20.000 adolescentes con la finalidad de medir la exposición a la intimidación cibernética y también a las agresiones "a la antigua", fuera de la red.

También se indagó a los adolescentes acerca de una amplia gama de problemas de salud mental como depresión, ansiedad, abuso de sustancias, autolesiones, pensamientos suicidas o intentos de autoeliminación.

Asimismo, los investigadores reunieron información sobre la frecuencia con la que los adolescentes cenaban en compañía de sus familias.

Como primera conclusión, se constató que los adolescentes que sufrían acoso cibernético eran entre 2,6 y 4,5 veces más propensos a tener problemas emocionales, de comportamiento y de consumo de sustancias en comparación con los que habían sido víctimas de acoso cara a cara.

También se comprobó que estos problemas resultaban más comunes entre los adolescentes que no cenaban muy a menudo con sus familias, lo que sugiere que el contacto y la comunicación en el seno familiar reducen algunos de los efectos negativos del ciber bullying.

Frank Elgar, profesor del Departamento de Psiquiatría de la mencionada casa de estudios y líder de la investigación, dijo que estos resultados revisten importancia en la búsqueda de herramientas para combatir las consecuencias de las agresiones en la web. "Uno de cada cinco adolescentes padece acoso cibernético", afirma en declaraciones recogidas por Daily Mail.

"Muchos adolescentes utilizan las redes sociales, y es difícil para los padres vigilar o educar respecto al acoso en ese ámbito. Por eso es fundamental identificar factores de protección para los jóvenes que están expuestos a la intimidación cibernética", explica.

El profesional pidió enfáticamente que su investigación no fuera abordada de manera simplista, por ejemplo, mediante la idea de sentar al adolescente a comer con su familia como solución directa. En ese sentido, enfatizó que las comidas familiares son solo una manera de apoyar a los chicos.

"Muchos adolescentes no cenan a menudo con sus familias, pero reciben apoyo de otras maneras y comparten otros momentos, como el desayuno o cuando sus padres los llevan al liceo en las mañanas", ejemplifica.

Finalmente, recordó que conocer el registro de la vida online de los menores "puede dar a los padres herramientas para manejar el acoso en internet, y encontrar señales que frecuentemente pasan inadvertidas".