Ocho
personas han muerto por ébola en el brote declarado el pasado 20 de setiembre
en Uganda, donde las autoridades sanitarias ya han confirmado 38 infecciones
hasta este viernes, informó el Ministerio de Salud del país africano.
En su cuenta en la red social Twitter, ese departamento divulgó esas cifras y
agregó que está haciendo un seguimiento de 417 personas que han tenido contacto
con personas infectadas por el virus. Entre los fallecidos figura el médico
tanzano Mohammed Ali, de 37 años, quien murió en la madrugada del pasado
viernes al sábado, convirtiéndose en el primer médico que pierde la vida en la
actual epidemia de la enfermedad.
"Mi más sentido pésame a la familia del doctor Mohammed Ali, un trabajador
de la salud comprometido perdido en la primera línea del control del brote de
ébola en Uganda. Cada vida perdida por este virus es profundamente
trágica", afirmó este sábado la directora para África de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), Matshidiso Moeti, en Twitter.
La OMS "está intensificando el apoyo a Uganda para controlar este
brote", añadió Moeti.
Uganda declaró este 20 de setiembre un brote de ébola tras confirmar un caso en
el distrito de Mubende (centro), donde un hombre de 24 años murió por la
enfermedad que causa ese virus, y especificar que se vio afectado por la
inhabitual cepa de Sudán.
A diferencia de la cepa de Zaire, registrada en epidemias de la enfermedad en
la vecina República Democrática del Congo (RDC), no existe una vacuna aprobada
para esta cepa. La de Sudán no sólo es menos transmisible, sino que presenta
una menor mortalidad (entre el 40 % y el 100 %) que la de Zaire (70 % - 100 %).
Países como Kenia, Tanzania, Ruanda y Somalia se encuentran en alerta para
evitar una posible propagación del virus.
Descubierto en 1976 en la RDC -entonces llamada Zaire-, el ébola es una
enfermedad grave, a menudo mortal, que afecta a humanos y otros primates y se
transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o
animales infectados. Causa hemorragias graves y sus primeros síntomas son
fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta,
además de vómitos.
El virus asoló varios países de África occidental desde 2014 a 2016, cuando
murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos.
EFE