El número de casos confirmados ha llegado a 2.433, frente a los 2.201 del día anterior, lo cual supone "un crecimiento a un ritmo más o menos igual al de los últimos días", explicó el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien alertó en rueda de prensa de que la incidencia del patógeno seguirá aumentando durante semanas.
Los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro concentran la mayor parte de los casos y muertes, en tanto que en las últimas 24 horas se registraron los primeros fallecidos en las regiones amazónica y el noreste el país.
"Está todo dentro de lo esperado para este mes", dijo el ministro en alusión a que el primer caso, que fue también el primero en toda América Latina, fue detectado en Brasil el pasado 26 de febrero.
Cloroquina: ¿un medicamento "promisorio"?
Mandetta anunció que, solamente en hospitales y apenas con aquellos casos considerados "críticos", el Ministerio de Salud ha decidido comenzar a utilizar la cloroquina, un medicamento usado contra la malaria y otras enfermedades, cuya real eficacia contra el coronavirus aún no ha sido totalmente comprobada.
"No está indicado para la prevención" y se ofrecerá "en forma complementaria y con el máximo de control", subrayó el ministro, quien dejó bien claro que sólo será en aquellos casos "críticos", así como ya se hace en Francia y otros países.
El secretario de Ciencia y Tecnología en Salud, Denizar Vianna, instó en la misma rueda de prensa a que los brasileños "no usen ese medicamento fuera del ámbito hospitalario", pues una utilización no adecuada podría causar problemas "cardíacos y de visión".
Vianna consideró que la cloroquina "es actualmente un medicamento muy promisorio" y valoró la larga experiencia que tiene Brasil con ese antipalúdico, con el que se tratan unos 200.000 casos de malaria en el país cada año.
La cloroquina ha sido promocionada por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien sostuvo este miércoles que "en los próximos días" serán presentados "resultados" de estudios en curso que podrían "traer el necesario ambiente de tranquilidad y serenidad a Brasil y al mundo".
Las polémicas sembradas por Bolsonaro
Desde la llegada del coronavirus a Brasil, Bolsonaro ha intentado minimizar la pandemia y este martes generó una polémica nacional al afirmar, en un pronunciamiento en cadena de radio y televisión, que los gobernadores de los 27 estados del país deberían levantar todas las medidas restrictivas aplicadas en los últimos días.
Según dijo Bolsonaro, la "vida debe seguir", los "empleos tienen que ser mantenidos" y el "ingreso de las familias tiene que ser preservado", por lo que no pueden suspenderse todas las actividades económicas por "histeria" frente a lo que calificó de "gripecita".
Esas declaraciones fueron censuradas en forma unánime por los gobernadores de los 27 estados del país, que además reafirmaron que mantendrán todas las medidas restrictivas que han aplicado en mayor o menor medida, según las diversas regiones del país.
En ese sentido, el ministro Mandetta alertó de que, en algunos casos, podría haber "algún error al calibrar" las medidas, pues "la cuarentena es un remedio extremadamente amargo" y puede limitarse a "un barrio o una ciudad" en vez de afectar a todo un estado.
Según el ministro, durante los últimos días se pasó a un "efecto cascada de cuarentenas por todo el país", que incluso ha llegado a algunos municipios que no han registrado ningún caso de COVID-19.
En ese sentido, Mandetta endosó en parte la posición defendida por Bolsonaro y subrayó que, además de cuidar de la salud, todas las autoridades del país también deben "pensar en la economía" y reducir al máximo el efecto de la pandemia en muchas actividades productivas del país, que aún en mínimos deberán mantenerse.
Con información de EFE