El aumento del número de casos de chikungunya en Brasil vuelve a dar la voz de alarma en las autoridades sanitarias.

De momento, la mejor estrategia consiste en evitar la del mosquito transmisor (Aedes aegypti), mediante medidas como la limpieza y descacharrización.

 Paralelamente, el Instituto Butantan está desarrollando una vacuna, en colaboración con el laboratorio Valneva, específica para la prevención de la infección por chikungunya.

El inmunizador, que comenzó a ser probado en 2018 en EE. UU., entrará en una nueva etapa de estudios clínicos en 2022, con la vacunación de jóvenes voluntarios brasileños de 12 a 17 años. Los adultos ya han participado en las pruebas en etapas anteriores.

Brasil registró 95.852 casos de chikungunya en 2021, un número 32% superior a los de 2020, según el Ministerio de Salud, pero en São Paulo el crecimiento fue mucho mayor, del 5.000%, según la Secretaría de Estado de Salud de São Paulo.

La chikungunya se caracteriza por ser una enfermedad muy dolorosa. En casos graves pide causar la muerte, o dejar severas secuelas a largo plazo.