Australia se convirtió este sábado en el primer país del mundo donde se puede recetar las drogas psicodélicas psilocibina (presente en los llamados hongos alucinógenos) y MDMA (conocida también como éxtasis) para tratar patologías mentales.
La regulación, aprobada el pasado febrero por la Administración de Bienes terapéuticos (TGA, en inglés) pero que entra en vigor hoy, permitirá a psiquiatras prescribir ambas sustancias, que habitualmente son usadas de manera ilegal para fines lúdicos.
El ente regulador permite la prescripción de la droga sintética MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina) para el tratamiento del síndrome de estrés postraumático y la psilocibina para depresiones que no mejoren con otros tratamientos.
Según la TGA, encargada de la regulación de los medicamentos en Australia, estas dos enfermedades son las únicas para las que hay suficientes pruebas de que estas sustancias pueden tener beneficios potenciales.
Estas drogas pueden administrarse para fines terapéuticos en otros países, pero Australia es la primera nación en regularizar su uso a nivel nacional.
El MDMA provoca la liberación del neurotransmisor serotonina y otros efectos en el cerebro que aumentan la empatía con otras personas, mientras que la psilocibina actúa en los receptores de la serotonina con efectos de bienestar y psicoactivos.
Para recetar fármacos con estas sustancias, los psiquiatras deben recibir la aprobación de la TGA, que lo someterá al juicio de un comité de investigación ética.
La TGA reconoce la "falta de opciones" para pacientes con enfermedades mentales en los que no tienen efecto los tratamientos convencionales, pero recuerda que son necesarios los controles para posibles efectos adversos de estas terapias y que para usos al margen de las dos dolencias mencionadas, siguen siendo sustancias prohibidas.
Aunque en el mercado australiano no existen productos autorizados que contengan cualquiera de estas dos sustancias, la TGA permitirá a los psiquiatras autorizados a proveerse legalmente de "medicamentos no aprobados" que las contengan.
EFE