El Gobierno de Australia anunció un plan para obligar a las
plataformas digitales y las redes sociales a tomar medidas para proteger y
velar por la seguridad de sus usuarios, especialmente a los niños, tras
presentar hace días un proyecto de ley para impedir el acceso a los menores de
16 años.
"El deber de diligencia es un concepto de derecho consuetudinario y un
requisito legal que impone la obligación de adoptar medidas razonables para
proteger a los demás de cualquier daño", explicó la ministra australiana
de Comunicaciones, Michelle Rowland, en un discurso anoche en el Instituto de
Sídney, en el que anunció este plan.
Este plan incluye "sólidos mecanismos sancionadores" en caso de que
las plataformas digitales -entre ellas Meta (Instagram, WhatsApp, Facebook), X
o TikTok- contravengan gravemente su "deber de diligencia digital",
precisó Rowland, según la transcripción del discurso publicado en el portal
ministerial.
El llamado modelo del "Deber de diligencia digital" también contempla
que las plataformas digitales realicen una evaluación periódica de los riesgos
frente a los daños en línea, en concordancia con la Ley de Servicios Digitales
de la Unión Europea y de la Ley de Seguridad en Línea del Reino Unido.
"La armonización con países de ideas afines es un objetivo clave, porque
los principios políticos que se aplican en todos los mercados, llegando a
cientos de millones de usuarios, serán más eficaces para impulsar el
cambio", precisó.
El plan -formulado tras una revisión independiente de la Ley de Seguridad en
Línea de 2021 - se enmarca en la cruzada emprendida por el Gobierno del primer
ministro, el laborista Anthony Albanese, para mitigar los problemas de salud
mental y suicidios entre los niños.
Albanese y Rowland anunciaron la semana pasada que limitarán el acceso a los
menores de 16 años a las redes sociales en virtud de una propuesta de ley que
ya habían anunciado en septiembre pasado.
Este proyecto de ley, que podría llegar al Parlamento en las próximas semanas y
entraría en vigor doce meses después de ser aprobado, pone la responsabilidad
de controlar el acceso en las redes sociales, aunque Meta considera que ésta
debería recaer en las tiendas de aplicaciones.
"Junto con el deber digital de diligencia, esto creará un poderoso
incentivo para que las redes sociales valoren la seguridad y el bienestar de
los usuarios junto con los beneficios", acotó Rowland.
Australia ha adoptado desde principios de década una serie de medidas para
obligar a las plataformas digitales a pagar a los medios del país por los
contenidos periodísticos que publican o a retirar contenidos violentos como el
apuñalamiento retransmitido en redes en una iglesia de Sídney en abril pasado
de un obispo asirio.
EFE