Por The New York Times | Julie Bosman
Una ola de contagios por coronavirus al final del verano ha afectado a escuelas, centros de trabajo y oficinas gubernamentales locales, mientras los expertos le advertían a la población que se preparara para una mayor propagación del COVID-19 este otoño e invierno.
Las hospitalizaciones aumentaron un 24 por ciento en un periodo de dos semanas que finalizó el 12 de agosto, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés). El seguimiento de las aguas residuales sugiere un aumento reciente de los contagios de COVID-19 en el oeste y el noreste. En comunidades de todo Estados Unidos se han producido brotes en las últimas semanas en centros preescolares, campamentos de verano y edificios de oficinas.
Las autoridades de salud pública señalaron que el último aumento de hospitalizaciones por COVID-19 sigue siendo relativamente pequeño y que la gran mayoría de los enfermos presentan síntomas leves comparables a los de un resfriado o la influenza. La mayoría de los estadounidenses, más de tres meses después de que el gobierno de Biden dejó prescribir la declaración de 2020 que calificaba al coronavirus como emergencia de salud pública, se han mostrado poco dispuestos a volver a los días de pruebas frecuentes, uso de cubrebocas y aislamiento.
No obstante, para los estadounidenses que se han acostumbrado a sentir que el país ha superado el COVID-19, la ola actual podría ser un rudo recordatorio de que esta incipiente Nueva Normalidad no es un mundo sin el virus.
“Estamos casi en el mejor punto en el que hemos estado en la pandemia desde que empezó”, afirmó Michael T. Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota. “Pero estamos atrapados en la muy incómoda zona en la que ya salimos de la niebla de la guerra pandémica y tratamos de entender cómo es el amanecer en un mundo normal pos-COVID-19”.
En ciudades de todo el país, los restos de las restricciones por coronavirus permanecen, aunque ya no se cumplan. Las tiendas tienen carteles en los escaparates que demandan el uso de cubrebocas, pero adentro nadie los usa. Las calcomanías de hace años en las que se les pedía a los clientes que se mantuvieran a metro y medio de distancia en la fila están descoloridas, desgastadas y son ignoradas. Los escaparates ocasionales de las ciudades grandes promocionan pruebas gratuitas de COVID-19, aunque su interior está vacío.
El virus sigue trastocando el trabajo, la escuela y la política: este mes, un brote de COVID-19 relacionado con una reunión del Consejo Municipal en Nashville, Tennessee, dejó más de una decena de personas contagiadas, incluidos miembros del consejo, empleados municipales y al menos un reportero. Freddie O’Connell, miembro del Consejo Municipal y candidato a la alcaldía en la segunda vuelta de las elecciones del 14 de septiembre, uno de los que dieron positivo en las pruebas de COVID-19, dijo que era un duro recordatorio de que el virus había vuelto a instalarse en la comunidad.
“Durante todo el año, ha habido muchos picos de COVID-19 en mi red personal, pero no ha sido como esto, donde de repente volvemos a escuchar lo mismo que en 2020, que de pronto decenas de personas se contagian de golpe”, señaló O’Connell en una entrevista desde su casa, donde lo abandonaron durante una cuarentena de cinco días. “En realidad no he tenido que pensar en la frase ‘evento superpropagador’ en mucho tiempo”.
A medida que los estudiantes regresan a la escuela en los últimos días, la mayoría de los administradores han señalado que no tienen previsto volver a las normas más estrictas en lo que respecta a los cubrebocas y las pruebas, por lo general solo piden a los padres que mantengan a sus hijos en casa cuando estén enfermos. En Chicago, donde las hospitalizaciones relacionadas con el COVID-19 siguen siendo extremadamente bajas, pero han aumentado en las últimas semanas, el distrito escolar público prometió ofrecer pruebas rápidas de COVID-19 gratuitas a los estudiantes y al personal, pero no tenía intención de reanudar las pruebas en las escuelas.
Hedy Chang, directora ejecutiva de Attendance Works, un grupo estadounidense que promueve soluciones para el ausentismo crónico, aseveró que, incluso ante el aumento de los contagios por COVID-19, es necesario encontrar un equilibrio en las escuelas.
“Durante la pandemia nos enseñaron a quedarnos en casa ante cualquier síntoma de enfermedad”, afirmó. “En realidad, tenemos que volver a cambiar las normas, a ser sensatos y reflexivos sobre cuándo mantenemos a los niños en casa y solo dejarlos en casa si creemos que es un problema de verdad”.
John M. Coleman, neumólogo y médico de cuidados intensivos del Northwestern Memorial Hospital, dijo que preveía que los contagios por COVID-19 siguieran aumentando este otoño e invierno, pero señaló que las cepas más recientes del virus eran menos graves que las que circularon al principio de la pandemia.
Ahora las personas hospitalizadas por COVID-19 suelen tener afecciones preexistentes o sistemas inmunitarios comprometidos que las hacen más susceptibles a síntomas graves, dijo Coleman.
“De cara al futuro, tenemos que aprender a convivir con el COVID-19”, afirmó Coleman. “Esta enfermedad va a estar presente siempre”.
Además, Coleman aseguró que, sobre todo en el caso de las personas que ya corren riesgos de salud, es fundamental aplicarse una nueva dosis de refuerzo este otoño, lavarse las manos con frecuencia y usar un cubrebocas si se sienten mal.
A lo largo del verano, las autoridades de salud pública han insistido en la prevención y el tratamiento ante el aumento de los casos. El departamento de salud de Cambridge, Massachusetts, afirmó en un comunicado este mes que había observado brotes en residencias de ancianos de la ciudad e instó a la población a mantenerse al día con las vacunas.
No obstante, algunas instituciones han respondido al aumento reciente de contagios de COVID-19 reinstaurando normas de la época de la pandemia.
En cumplimiento de una orden del departamento de salud del condado de Los Ángeles, el estudio cinematográfico Lionsgate envió recientemente un memorando a los miembros de su plantilla informándoles que, debido a un brote de COVID-19 entre los empleados, se les volvería a exigir el uso de cubrebocas en la oficina. (El departamento de salud le notificó el viernes al estudio que, al no haber informado nuevos casos de contagio, se eliminaba el requerimiento).
El Morris Brown College, un pequeño centro escolar privado de Atlanta, anunció este mes que volvería a exigir el uso de cubrebocas en el campus. La escuela prohibió las fiestas y las reuniones numerosas en el plantel durante dos semanas y dijo que se realizarían controles de temperatura a los estudiantes. Preparación para aplicar pruebas de COVID-19 e influenza para un paciente en Oregón City, Oregón. (Mason Trinca/The New York Times) Una ola de contagios por coronavirus a finales del verano provoca temor respecto a la presencia de más infecciones en otoño e invierno. (Jeenah Moon/The New York Times)
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