La Sanidad pública en Inglaterra ha anunciado este domingo la apertura de nuevas clínicas de ludopatía tras registrar un aumento de los casos que atribuye al mayor acceso a través de aplicaciones de móvil y al “bombardeo” de anuncios de las casas de apuestas.
La directora del Servicio Nacional de Salud (NHS, en inglés) de la región de Inglaterra -el resto de territorios británicos tienen sus propias competencias-, Amanda Pritchard, ha indicado que este verano se habilitarán siete clínicas en varias ubicaciones, que se sumarán a otras ocho ya existentes y a otra que trata a menores de edad.
Las últimas cifras difundidas hoy revelan que en los doce meses hasta el pasado marzo hubo 1.389 personas derivadas para tratamiento por su adicción al juego, frente a 1.013 en 2021-22 y 775 en 2020-21.
Los datos más recientes de la Comisión pública de juegos de azar estiman que el 0,3 % de la población mayor de 16 años en Inglaterra, unas 138.000 personas, tiene una relación problemática con el juego, mientras que el 2,9 %, o 1,3 millones, se dedica al juego de riesgo moderado o bajo.
En vísperas de que el 5 de julio el NHS cumpla 75 años, la medida anunciada hoy demuestra que se está “adaptando a las nuevas necesidades de atención médica”, ha declarado Pritchard.
“En 1948, cuando se fundó el NHS, uno tenía que ir a una casa de apuestas para hacer una quiniela, pero ahora la gente puede apostar en su teléfono con solo tocar un botón y todos, jóvenes y mayores, somos bombardeados con anuncios que nos animan a participar”, afirma en un comunicado.
“Hay números récord de personas que acuden al NHS en busca de ayuda para tratar su adicción al juego, una enfermedad cruel que tiene el poder de destruir vidas, con un aumento de las derivaciones (de pacientes) de más de un tercio” frente al periodo anterior, añade.
Las clínicas ofrecerán servicios para tratar la adicción a través de terapia conductual cognitiva, terapia familiar y grupos de apoyo, con equipos de psicólogos, terapeutas, psiquiatras y enfermeros especializados, entre otros.
EFE