El pediatra Eduardo Regueira compartió un hilo en su cuenta de Twitter “ante la presencia aumentada de infecciones por Streptococcus pyogenes” o estreptococo B-hemolítico del grupo A (SBHGA), para hablar sobre este momento epidemiológico, la bacteria causante, su repercusión y “generar tranquilidad con información”.
Según el especialista, este germen patógeno “muy corriente en la edad pediátrica”, produce principalmente infecciones del tracto respiratorio superior e infecciones cutáneas. Además de estos cuadros “generalmente banales”, Regueira indicó que puede ser causante de una enfermedad invasiva generalizada, que suele cursar con una importante morbimortalidad.
A continuación, el médico compartió una imagen de cómo se ve el germen a través del microscopio, seguida de otra en la que se muestra cómo se ve en los cultivos de laboratorio.
Manifestaciones clínicas
De acuerdo con Regueira, el Streptococcus pyogenes causa un amplio espectro de manifestaciones clínicas de enfermedad, desde cuadros leves como: faringoamigdalitis, impétigo, escarlatina, erisipela.
Pero también, advirtió el pediatra, puede producir infecciones invasivas graves. “Se definen como infecciones invasivas por S. pyogenes aquellas cuyo aislamiento del agente ocurre en sitios normalmente estériles (sangre, líquido cefalorraquídeo, líquido articular) y pueden provocar: bacteriemia, osteomielitis, celulitis, meningitis, fascitis necrotizante, síndrome de shock tóxico estreptocócico”, señaló.
Dichas infecciones presentan elevada morbimortalidad.
Diagnóstico
En cuanto al diagnóstico, el especialista precisó que se hace por el aislamiento del agente en hemocultivos o cultivos de materiales normalmente estériles, y cuadro clínico compatible.
“Los niños sanos pueden ser afectados por este agente y el rango de edad va desde los primeros años y ocurren durante toda la etapa pediátrica”, indicó y agregó que los adultos también lo pueden padecer.
Existen factores de riesgo en niños que hacen más frecuente esta infección: padecer o haber tenido varicela recientemente, infecciones de piel y partes blandas, infección de herida quirúrgica, infecciones virales previas, inmunodeficiencias.
Tratamiento
“Los SBHGA son altamente sensibles a la penicilina G”, apuntó Regueira y añadió: “Si el paciente es alérgico a la penicilina, deben utilizarse otros antibióticos activos”. Asimismo, sostuvo que el tratamiento antibiótico de una faringitis estreptocóccica se indica para evitar complicaciones supuradas (poco frecuentes), para prevenir una fiebre reumática, para acelerar la mejoría clínica del paciente y para limitar la cadena epidemiológica.
En tanto, el tratamiento higiénico “es fundamental”: lavado de manos, manejo de secreciones, reposo en domicilio según indicación médica, hasta mejoría de síntomas.
“Y si frente a un cuadro de faringoamigdalitis el resultado del test rápido (test pack) o cultivo es positivo, ante todo transmitir tranquilidad”, dijo.
En esta línea, agregó: “Esta es una patología muy frecuente en pediatría, principalmente entre 4-10 años, mayor en esta época del año (primavera y otoño) y que con tratamiento adecuado con penicilina (o amoxicilina) durante 10 días por vía oral, las posibilidades de complicaciones son muy infrecuentes”.
A su vez, hizo énfasis en que los tratamientos que se cortan antes de tiempo tienen mayor probabilidad de recaídas y que si un hermano u otro familiar comienzan con fiebre hay que consultar al médico.
“Cuadros febriles en menores de 3 años, que se acompañan de tos, rinitis, faringitis y/o conjuntivitis, que no tienen medio epidemiológico para S. pyogenes, ni factores de riesgo, no son considerados para realización estudios para la detección de S. pyogenes en fauces (test pack)”, acotó.
Por su parte, indicó que los signos de reconsulta son: persistencia de fiebre elevada, mal estado general, rechazo del alimento, decaimiento evidente y cambios en la coloración de la piel.
Los pacientes graves, en tanto, son manejados con CTI, unidades de cuidados intensivos pediátricos, con medidas de sostén, antibioticoterapia intravenosa y monitoreo continuo.
Finalmente, el especialista recordó que siempre se debe consultar ante que automedicar. “¡Cuidemos a nuestra gurisada!”, concluyó.