Alemania rebaja a partir de este sábado la cuarentena para vacunados con pauta completa y la mayoría de los estados federados introducen nuevas restricciones en transporte público y restauración ante el repunte de la pandemia, en máximos históricos desde hace varios días.

Se trata de dos aspectos de una estrategia que busca, por una parte, ralentizar el avance de los contagios y, por otra, evitar que aquellos que se produzcan no lleven a que sectores claves de la sociedad se paralicen por la acumulación de bajas por cuarentena.

La cuarentena para quienes han tenido contacto con infectados y para los que han dado positivo será ahora de siete días si no se han tenido síntomas durante 48 horas y se ha dado negativo en un test. Hasta ahora la cuarentena podía llegar a ser de 14 días.

Sin un test negativo la cuarentena debe ser de 10 días. Sin embargo, hay excepciones para las personas que tengan la dosis de refuerzo de la vacuna y para las que hayan recibido la pauta completa entre 15 y 90 días antes del contacto con un contagiado, ya que quedan eximidos de la cuarentena.

También quedan eximidos de la cuarentena personas que se hayan recuperado de la enfermedad si su test positivo se realizó entre 28 y 90 días antes del contacto.

El personal sanitario en general puede salir de la cuarentena siete días después del contacto, con un test negativo. Los niños en edad escolar cinco días después.

Paralelamente se han introducido nuevas restricciones que rigen a partir de hoy en la mayoría de los estados federados, otros como Berlín empezaron a aplicarlas antes, como la obligación del uso de mascarillas FFP2 en el transporte público donde hasta ahora bastaba una mascarilla quirúrgica.

Además, solo podrán tener acceso a bares, restaurantes y otros lugares públicos personas que tengan la pauta completa de la vacuna y la dosis de refuerzo o, en su defecto, un test negativo reciente.

La incidencia semanal en Alemania alcanzó este sábado un nuevo máximo con 497.1 contagios por 100.000 habitantes frente a los 335,9 del mismo día de la semana anterior, según las últimas cifras del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.

El RKI reportó 78.022 nuevos contagios y 235 muertes relacionadas con la enfermedad.

Desde el comienzo de la pandemia ha habido en Alemania 7.913.473 contagios. 115.572 han muerto por causas relacionadas con la enfermedad y 6.942.400 la han superado.

Un 72,5 % de la población tiene la pauta completa de la vacuna, un 74,9 % al menos la primera dosis y un 45,9 la dosis de refuerzo.

Eso implica que un 25,1 por ciento de la población está sin vacunar, lo que equivale a 20,8 millones de personas, entre ellos hay 4 millones menores de 5 años —un 4,8 por ciento de la población — para los que no hay ninguna vacuna autorizada en Alemania.

El RKI ha constatado que en Alemania ómicron es ya la variante dominante y que en pocos días desplazará por completo a la variante delta.

El avance de los contagios se atribuye en buena parte a la presencia de ómicron, una variante claramente más contagiosa, aunque de momento todo apunta a que lleva menos a evoluciones graves o fatales de la enfermedad.

Sin embargo, en Alemania existe preocupación ante el hecho de que la cuota de vacunación todavía es relativamente baja. Las autoridades sanitarias han apostado por acelerar la aplicación del refuerzo de la vacuna que se considera que ofrece una protección especial contra ómicron.

Un miembro del comité de expertos que asesora al Gobierno, el biólogo Lars Kaderali, ha advertido que para Alemania sería demasiado pronto empezar a considerar la enfermedad como endémica, aunque en otros países, como España, esto pueda ser posible.

"España está más cerca de una situación endémica", dijo Kaderali en declaraciones que recoge la revista Der Spiegel en su edición digital.

Eso se debe a que tiene una mayor cuota de vacunación y a que también un mayor porcentaje de la población ha pasado por la enfermedad.

"Más del 90 % de la población tienen anticuerpos. Nosotros estamos por lo menos un 10 % por debajo", explicó.

Con base en EFE