La marihuana medicinal se publicita como analgésico, pero en los estados de EE. UU. donde es legal, las recetas de analgésicos opioides o no opioides no se han reducido, encontró un nuevo estudio.
Según los investigadores, esto significa que grandes cantidades de personas no están cambiando al cannabis para aliviar el dolor, incluso cuando está disponible legalmente, así que es poco probable que alivie la epidemia de sobredosis de opioides que sufre el país norteamericano.
“Las leyes sobre el cannabis medicinal no tuvieron ningún efecto en el tratamiento del dolor en general”, comentó la investigadora principal, Beth McGinty, experta en política de Weill Cornell Medicine, en la ciudad de Nueva York.
“Algunos partidarios de las leyes sobre el cannabis medicinal las han publicitado como una solución potencial para la crisis de opioides, o como parte de una solución potencial para la crisis de opioides”, señaló en declaraciones recogidas por HealthDay News.
“Si hacemos que el cannabis sea accesible, las personas quizá elijan usar cannabis en lugar de opioides recetados para su dolor, y esto podría ayudar a reducir nuestra crítica crisis de sobredosis. Pero nuestro estudio sugiere que no es así”, apuntó
Un motivo podría ser que los médicos son renuentes a recetar marihuana para el dolor, anotó.
“Sabemos a partir de encuestas de médicos que muchos médicos se muestran renuentes a recomendar el cannabis. Técnicamente no pueden recetarlo, porque el cannabis sigue siendo una sustancia controlada bajo la ley federal”. Manifestó.
También existen varias dificultades más.
En la mayoría de los estados donde la marihuana medicinal es legal, los pacientes tienen que ir a un médico aprobado por el programa estatal para recetar marihuana, explicó.
Otra barrera es que las compañías de seguro de salud no cubren a la marihuana, de forma que los pacientes tienen que pagarla de su propio bolsillo, observó McGinty. Además, tiene que ser una compra en efectivo, dado que los dispensarios de marihuana no aceptan tarjetas de crédito.
Un experto citó la falta de cobertura de seguro para la marihuana medicinal como una importante barrera para su uso para el alivio del dolor.
Muchas personas más usarían el cannabis para el dolor “si la mayoría de los médicos fueran en realidad serviciales y ayudaran a facilitar este proceso, y si el seguro de salud en realidad pagara el cannabis”, señaló el Dr. Peter Grinspoon, un especialista en cannabis del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
“Tuve un paciente reciente a quien ayudé con éxito a hacer la transición tanto de los opioides como [de las benzodiacepinas] al cannabis, y a quien le va mucho mejor en todos los sentidos, pero la marihuana le costaba 150 dólares al mes y el Percocet (oxicodona) y el Valium le costaban apenas 1 dólar al mes, así que se vio obligado a cambiar de nuevo”, dijo Grinspoon.
La marihuana medicinal es legal en 38 estados y el Distrito de Columbia, según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales (National Conference of State Legislatures). El equipo de McGinty observó el uso de la marihuana medicinal tres años tras la implementación de la ley en 12 estados, en comparación con 17 estados donde la marihuana medicinal era ilegal.
Los investigadores encontraron que las leyes sobre la marihuana medicinal condujeron a una diferencia “insignificante” en el número de pacientes que recibían cualquier analgésico recetado o procedimiento para el dolor crónico.
“Soy una profesional clínica de cannabis, practico oncología paliativa. Uso el cannabis específicamente para los pacientes con cáncer, pero a lo largo de los años he atendido a pacientes sin cáncer”, indicó la Dra. Diana Martins-Welch, especialista paliativa de Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York.
Martins-Welch apuntó que la marihuana alivia el dolor de algunos pacientes, pero no de todos.
“No es para todo el mundo”, aseguró. “Hay muchos tipos distintos de dolor. Quizá sea mejor para las personas con un dolor como la fibromialgia o la neuropatía que para las personas que tienen un dolor de espalda crónico debido a problemas de la columna”.
Sobre los hallazgos del estudio, Martins-Welch dijo que las personas quizá hayan probado la marihuana y no encontraron alivio, de forma que volvieron a otros fármacos. Además, el uso de la marihuana medicinal no se publicita de forma amplia, de manera que muchos pacientes no saben que está disponible y por tanto quizá no hayan pensado en probarla, planteó.
Martins-Welch anotó que Marinol (dronabinol) es un medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE. UU. que contiene una forma sintética de THC, el ingrediente activo en la marihuana, pero quizá no sea igual de efectivo que la marihuana misma.
“Cuando lo receto, siempre les digo a los pacientes que no es marihuana, no es de las plantas, que es una versión sintética del THC”, señaló. “Lo uso para muchos pacientes que de verdad no pueden permitirse o no pueden acceder al cannabis o que no desean ir a un lugar especial para comprar su medicamento”.
Se necesitan estudios de comparación directa para evaluar si la marihuana es igual de efectiva para aliviar el dolor que otros medicamentos, dijo Martins-Welch. Todos los datos actuales provienen de estudios observacionales, anotó.
Hasta que el cannabis se legalice a nivel federal, “no vamos a tener datos robustos para probar que en realidad ayuda a las personas o con ciertos tipos de dolor”, concluyó Martins-Welch.
El informe se publicó en la edición del 4 de julio de la revista Annals of Internal Medicine.