Los investigadores constataron en unas pruebas de laboratorio que tres plantas de interiores comunes, el espatifilo (Spathiphyllum wallisii), el tronco de Brasil o Dracaena (Dracaena fragrans), y la Zamioculca (Zamioculcas zamiifolia), podían reducir los niveles de un contaminante aéreo común llamado dióxido de nitrógeno (NO2) en hasta un 20 por ciento.

"Todas las plantas que elegimos eran muy distintas entre sí, pero todas mostraron unas capacidades sorprendentemente similares de eliminar el NO2 de la atmósfera", señaló el autor principal del estudio, Christian Pfrang, de la Universidad de Birmingham.

Las plantas no son costosas, y son fáciles de mantener, anotaron los investigadores.

En el estudio, se colocó una planta de cada variedad en una cámara de pruebas que contenía unos niveles de NO2 comparables a los que se encuentran en una oficina al lado de una carretera muy concurrida. A lo largo de una hora, las tres especies eliminaron alrededor de la mitad del NO2 de la cámara.

Entonces, los investigadores calcularon lo que estos resultados podrían significar para una oficina pequeña y una mediana con distintos niveles de ventilación.

En una oficina pequeña mal ventilada con unos niveles altos de contaminación atmosférica, cinco plantas de interiores reducirían los niveles de NO2 en alrededor de un 20 por ciento, encontró el estudio. En un espacio más grande, la reducción sería más pequeña (de un 3.5 por ciento), pero se podría aumentar al añadir más plantas, según los hallazgos.

No está claro cómo las plantas eliminan al NO2 del aire, apuntaron los investigadores.

En estudios anteriores, anotaron que la capacidad de las plantas de interiores de absorber el dióxido de carbono (CO2) "depende en gran medida de factores ambientales, como si es de noche o de día, o del contenido de tierra y aire".

Pero Pfrang dijo que la forma en que las plantas eliminan distintos gases parece diferir.

"No pensamos que las plantas utilicen los mismos procesos que para la absorción del CO2, en que el gas se absorbe a través de los estomas (unos agujeros minúsculos) de las hojas", observó en un comunicado de prensa de la universidad, recogido por HealthDay News.

"No hubo ninguna indicación, incluso durante los experimentos más largos, de que nuestras plantas liberaran de nuevo el NO2 en la atmósfera, así que parece que es probable que ocurra un proceso biológico que también implica a la tierra en que las plantas crecen, pero todavía no comprendemos qué es", añadió Pfran.