El pene de cada uno es diferente de los demás en términos de tamaño, forma, tipo y cantidad de secreción que libera. Pero debe ser cuidado tanto como las otras partes del cuerpo.

Tan importante como es para las mujeres cuidar su salud vaginal, para los hombres es crucial mantener un pene sano.

Tanto la salud del pene como la de los testículos inciden en la salud general, por lo que un autoexamen regular puede ayudar a estar al tanto de cualquier cambio en el área íntima. Pero ¿cómo saber cómo se siente o se ve un pene saludable? Estos cuatro indicadores recopilados por la publicación Pulse son relevantes.

Tenga en cuenta el color del pene

Una de las formas en que puede saber si su pene está sano o no es comprobando el color. Un artículo de Medical News Today explica que un pene debe tener aproximadamente el mismo color que la piel que lo rodea, aunque puede ser levemente más oscuro o más claro. Además, detalla que una persona no debe tener ningún dolor en el pene al orinar o participar en actividades sexuales.

Libre de grumos

Los bultos en el pene pueden ser de muchos tipos diferentes. La mayoría de ellos son inofensivos. Sin embargo, cualquier tipo de bulto en el pene puede indicar un pene no saludable. Una de las causas principales podría ser un bloqueo en la glándula sebácea, que puede conducir a la formación de quistes, un saco de tejido lleno de pus o líquido. La mayoría de los quistes desaparecen por sí solos, mientras que algunos empeoran y son más dolorosos.

Sin secreción anormal

Las investigaciones sugieren que un pene saludable está libre de lesiones, verrugas y secreción anormal. Por lo general, no hay protuberancias, incluidas las causadas por un quiste o granos, también llamadas pápulas perladas del pene. Estos también se llaman papilomas hirsutoideos, pequeños bultos del color de la piel en la cabeza del pene.

Libre de llagas o inflamación

Un pene irritado puede ser un signo de un pene no saludable. La balanitis es una condición común caracterizada por la inflamación de la cabeza del pene. La condición puede ser causada por infecciones bacterianas o fúngicas o puede resultar de químicos, virus o alergias. Además, cuando uno no mantiene limpio el interior del prepucio, puede ocurrir balanitis.