Por The New York Times | Eleanor Lutz and Amy Schoenfeld Walker
Durante meses, algunos líderes estadounidenses y europeos han pronosticado que muy pronto la pandemia del coronavirus se volvería endemia, que el COVID-19 se convertiría en una enfermedad con la que aprenderíamos a vivir, y, según varios gobernadores, casi lo ha hecho.
No obstante, todavía estamos en la fase aguda de la pandemia y sigue siendo un misterio cómo podría ser el COVID-19 endémico. Las enfermedades endémicas pueden manifestarse de diversas formas y aún no sabemos dentro de cuáles caerá esta enfermedad.
En su forma más básica, una enfermedad endémica tiene una presencia constante, predecible o esperada. Es un padecimiento persistente. Más allá de eso, no hay una definición establecida.
Las enfermedades endémicas afectan a millones de personas en todo el mundo cada año y algunas de ellas matan a cientos de miles de individuos. Hay algunas que podemos tratar y contra las cuales hay vacunas, pero también pueden provocar brotes inesperados y mucho sufrimiento.
Las entrevistas con dos docenas de científicos, especialistas en salud pública e historiadores de la medicina señalan que tal vez se esté perdiendo perspectiva por la prisa de convertir el COVID en un padecimiento endémico.
“Ha habido un replanteamiento político sobre la idea de que la endemia es algo inofensivo o normal”, señaló Lukas Engelmann, un historiador de la medicina y la epidemiología en la Universidad de Edimburgo. Pero los epidemiólogos usan este término para hablar de algo a lo que debemos prestarle mucha atención puesto que una enfermedad endémica puede volver a ser epidémica, explicó.
Cuando la gente se imagina un padecimiento endémico, casi siempre piensa en el refriado común. Se calcula que las infecciones respiratorias de las vías aéreas superiores, entre ellas los refriados, infectan a miles de millones de personas en todo el mundo cada año, pero que matan a varios miles de ellas. Otras enfermedades endémicas pueden ser mucho más letales. En 2019, la malaria fue responsable de la muerte de más de 600.000 personas a nivel mundial y la influenza mató a más de 200.000, aunque los cálculos señalan que las cifras podrían ser mucho más elevadas.
Muchos científicos pronostican que el COVID endémico podría ser un lastre parecido al de otros virus respiratorios.
“No será más letal que la gripe estacional o quizás sea tan leve como alguno de los coronavirus que causan el refriado”, mencionó Lone Simonsen, directora del Centro PandemiX de la Universidad de Roskilde, en Dinamarca.
“La razón de esto es que tenemos una gran inmunidad que seguimos fortaleciendo gracias a las infecciones con las que nos topamos”, explicó.
Algunos científicos advierten que es posible que la inmunidad que proporcionan la vacuna y las infecciones disminuya con el tiempo y que las futuras variantes evadan esas defensas. Además, las mutaciones son aleatorias, así que siempre existe la posibilidad de que más tarde aparezca una variante que promueva una enfermedad más grave.
El refriado común y la gripe son enfermedades endémicas muy extendidas que perduran todo el año, pero sus niveles no son constantes, sino que provocan epidemias estacionales en las cuales los contagios van más allá de los niveles endémicos de referencia, casi siempre en el invierno, que es cuando la gente se reúne en espacios cerrados.
Estos patrones son predecibles, pero la gente puede cambiarlos: las medidas de control usadas para mitigar la pandemia del COVID también sirvieron para atenuar las olas de gripe y resfriado en los últimos años. Los científicos afirman que el COVID endémico podría ser estacional, pero que también podría presentarse en importantes olas epidémicas irregulares.
“El COVID es muchísimo más contagioso que la gripe”, comentó Jeffrey Shaman, quien se dedica a construir modelos de las enfermedades infecciosas en la Universidad de Columbia. “Basta con que solo una pequeña parte de la población sea susceptible para que se produzca una ola y eso puede ocurrir en cualquier momento del año”.
La experiencia de una comunidad con una enfermedad endémica puede ser muy diferente a la de otra y a menudo depende de quiénes se están enfermando y si tienen acceso a pruebas, tratamientos y atención médica. Los expertos señalan que, puesto que una tercera parte de la población mundial no está vacunada contra el COVID y no todos tiene a su disposición los tratamientos que pueden salvar vidas, es probable que el lastre del virus siga siendo desigual, incluso cuando en algunas partes del mundo se determine que sus niveles son endémicos.
Entre las muchas formas en que puede manifestarse una enfermedad endémica, hay algo que queda muy claro: endemia no quiere decir que la enfermedad haya acabado.
Más bien significa vivir con una enfermedad que no ha sido o no ha podido ser erradicada y, a menudo, aprender a manejarla. Los expertos en salud afirman que, con el fin de mantener las enfermedades endémicas bajo control, los países deben implementar medidas de control como pruebas, tratamientos y vacunas. Para mantenerse al día con el COVID, hay que seguir enfocados en vacunar a la población, tratarla y actualizar las vacunas, mencionó Monica Gandhi, una especialista en enfermedades infecciosas y profesora de Medicina en la Universidad de California, campus San Francisco.
“Se va a necesitar una vigilancia constante para mantenerla bajo control (no erradicarla, que es lo que le gustaría a la gente)”, señaló Gandhi.
Tal vez no por un tiempo. Por lo general, los científicos determinan un patrón endémico de una enfermedad después de observarla durante muchos años. Es posible que las pandemias tarden años en concluir y que las consecuencias de las enfermedades generalizadas duren mucho tiempo después de que se atenúan los nuevos contagios. Se piensa que el periodo endémico del COVID se verá muy diferente a la pandemia de los últimos dos años. Pero en el peor de los escenarios, el COVID endémico podría ser algo parecido a lo que hemos vivido.
“Podemos imaginar una situación en la que cada año ocurran situaciones parecidas a lo sucedido con ómicron”, afirmó Trevor Bedford, un virólogo del Centro de Investigación para el Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle.
“Esa puede ser la situación endémica”, aseveró Bedford. “Y no significa que sea leve ni que sea fácil manejarla”.
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