Jesús Candel (Granada, 1976), es conocido popularmente como Spiriman, es una de las primeras voces en las protestas contra la gestión sanitaria de la Junta de Andalucía, poniendo contra las cuerdas a la presidenta Susana Díaz. Es médico de urgencias, está casado con una doctora, y tiene cuatro hijos.

En las últimas horas, aprovechó una de las escasas pausas de su trabajo en medio de la crisis por el coronavirus -o "putovirus"- como lo llama a veces, para soltar un duro discurso contra el comportamiento egoísta e irresponsable de algunas personas. En particular, apuntó sus baterías contra los más jóvenes.

"Ojalá inventaran pastillicas de solidaridad. O un supositorio así de grande", afirma el galeno, furioso con los jóvenes que, sin presentar síntomas o ante molestias insignificantes, se presentan en las emergencias de los hospitales para "que les hagan el test del coronavirus".

Candel detalla el trastorno que eso causa en el funcionamiento de los centros de salud, y critica a los chicos que entran a le emergencia con apariencia muy sana y se la pasan riendo y jugando con sus celulares, e insiste en que se queden en sus domicilios y consulten por teléfono.

"Se trata de que no penséis sólo en vosotros, hostia puta, sino en los demás", vocifera con su acento andaluz.