El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente a nivel mundial y “sería el número uno, pero se saca de las estadísticas” porque las cifras son un “disparate” en comparación con el resto, dispara Julio Magliano, grado 3 de la Cátedra de Dermatología de la Facultad de Medicina.
En diálogo con Montevideo Portal, el especialista señala que a la hora de hablar de cifras, tanto en Uruguay como en todo el mundo, en los últimos años se ha registrado un aumento de nuevos casos, así como un incremento en la mortalidad.
En nuestro país, la Comisión de Lucha contra el Cáncer es la encargada de llevar una estadística. Las últimas cifras publicadas son del período 2014-2019 e indican que en esos cinco años 146 personas murieron por cáncer de piel en Uruguay.
Estos datos “incluyen el melanoma y los carcinomas”, agrega Magliano, y destaca que, en promedio, fallecen dos uruguayos por semana a causa de esta enfermedad. “Gran parte de estos casos deberían ser evitables con la detección precoz. Cuando a uno recién en el inicio lo diagnostican y lo tratan, las tasas de curación son altísimas”, asegura.
Y ejemplifica: “Nosotros vemos en determinadas poblaciones, por ejemplo, en el Hospital de Clínicas, que son pacientes de bajos recursos, que a veces vienen con tumores que tienen tres, cuatro años y nunca les dieron importancia; consultan ya con las lesiones evolucionadas”.
“Apuntamos a una prevención, a detectarlos tempranamente, y para eso son las campañas. Cuando llega el verano empezamos a recordar a la población cuáles son las medidas y las lesiones que hay que consultar”, añade.
En esta línea, indica que por año se diagnostican 3.000 casos de cáncer de piel, cifra que considera un “subregistro” porque “debería haber muchos más”.
“La Comisión de Lucha contra el Cáncer se basa en los resultados de anatomía patológica [rama de la medicina que se ocupa del estudio, por medio de técnicas morfológicas, de las causas, el desarrollo y las consecuencias de las enfermedades]; muchas veces los tumores, cuando recién comienzan, son pequeños y se hacen otros procedimientos destructivos que no requieren este análisis”, señala.
En verano, más
Las personas están expuestas al sol durante todo el año. La inclinación de este con respecto a la superficie terrestre varía y en los meses en los que hace más calor —sobre todo en verano— es más perpendicular, explica Magliano.
En verano la gente se empieza a despojar de la ropa, empieza a ir a la playa, por lo que, junto con la estación preferida de muchos, llegan las campañas de cuidados.
Para protegerse de los rayos ultravioleta, el especialista recomienda usar ropa adecuada: de color oscuro y con trama apretada (la trama floja permite pasar las radiaciones), preferiblemente de manga larga, que pueda cubrir mayor superficie.
En este sentido, menciona que existe un tipo especial de vestimenta a la que se le aplica el factor de protección ultravioleta, que protege “mucho más” y viene en distintos colores; para este caso no es necesaria la utilización de prendas oscuras.
Sin embargo, en lo que refiere a ropa “común”, sin este etiquetado, es aconsejable que durante esta estación del año se utilice el color negro, ya que repele la radiación ultravioleta. “La gente tiene el pensamiento de que el blanco sirve para el verano, pero lo que hace es no permitir que pasemos calor; repele la radiación infrarroja”, no así la ultravioleta, advierte.
Magliano destaca que cada vez más negocios venden este tipo de ropa, más que nada aquellos dedicados al deporte. No obstante, observa que en cuanto a precios esa vestimenta “no es popular”, ya que tiene un costo por arriba de lo normal.
Por otro lado, repara en que se debe tener especial cuidado con los niños. “Hay estudios que demuestran que, de la radiación solar que recibe una persona a lo largo de su vida, el 80 % lo va a recibir antes de los 20 años. Nos va a exponer más sobre todo en la infancia y en la adolescencia que en la edad adulta, porque tenemos otras actividades, otras cosas para hacer y no nos exponemos tanto”, detalla.
Y puntualiza: “Las quemaduras en los niños, esas quemaduras que tienen ampollas, son factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel en la edad adulta”. En cambio, “los niños fotoprotegidos —que no se exponen y son bien cuidados— tienen más o menos disminuido en un 80 % el riesgo de desarrollar cáncer de piel” cuando sean mayores.
Protector: aliado, pero secundario
“Si vamos a las medidas de fotoprotección, lo principal son las medidas físicas: usar ropa adecuada, sombrero de ala ancha. El protector solar es un accesorio. En aquellas zonas donde no nos podemos proteger con todo eso, sí debemos aplicarnos protector solar”, señala el dermatólogo.
El tipo de bloqueador varía según las edades. De acuerdo con Magliano, lo ideal es que menores de 12 años usen los que “vienen para niños”, porque los componentes de los filtros pueden producir alergias.
Además, el especialista indica que el factor del protector “es de 30 para arriba”, y señala que es un “mito” que, por ejemplo, el factor 50 sea mejor que el 30. “La protección es tipo exponencial. La diferencia es que el 50 te protege un 2 % más que el 30”, dice.
A la hora de hablar de accesibilidad, es importante destacar que los “buenos” protectores solares son “muy caros”, al menos en Uruguay, sobre todo si se habla en términos de cantidad. “Con la aplicación correcta, necesitarías gastar uno por mes”, apunta el especialista.
Una moda dañina
El cuidado de la piel y el bronceado definitivamente no van de la mano. Al menos si hablamos del bronceado producido por la radiación ultravioleta: el autobronceante, que se genera con pintura para la piel, no es nocivo y no produce efectos secundarios, por tanto, no implica ningún tipo de riesgo.
Sin embargo, el bronceado producido por la radiación solar, por la exposición, ya sea en la playa o en la vida diaria, es “la traducción de que la radiación solar provocó daño al ADN de las células de la piel y estas se defienden estimulando a que unas células que dan el color a la piel, que se llaman melanocitos, liberen más melanina, que es la sustancia que da el color; esta se deposita como una especie de paraguas arriba del núcleo de la célula, donde está el ADN”, explica Magliano.
Y agrega: “Todos esos paragüitas de todas esas células con la melanina es lo que se traduce como bronceado; o sea, para hacerlo más sencillo, el bronceado es la traducción de que hubo daño por el sol en las células”.
Magliano cuenta que esta moda —que sigue vigente hasta el día de hoy— fue creada por Coco Chanel, la diseñadora de alta costura y fundadora de Chanel. “Antes estar bronceado era signo de clase baja: el que estaba blanquito era de la nobleza y el que estaba bronceado era el trabajador que andaba al aire libre, trabajando de sol a sol”, relata.
“Hasta que llegó la moda con Coco Chanel, que era de piel media oscurita e impuso la moda del bronceado. A partir de ahí se disparó la incidencia del cáncer de piel”, sostiene.
¿El sol de antes no era malo?
Es usual escuchar a la gente mayor decir que “el sol de antes no era malo, o al menos, no tan malo”. Consultado al respecto, el dermatólogo señala que ese dicho popular, que se escucha mucho en las consultas, “en parte es cierto y en parte no”.
Desde el punto de vista tanto científico como médico, e incluso en el saber popular, se desconocían los daños y los efectos secundarios de la exposición solar, señala, y agrega que antes no era frecuente asistir a una consulta con el dermatólogo.
“Si uno ve fotos de Montevideo antiguo, de la playa de Pocitos, y ve cómo iban vestidos a la playa, no es como estamos ahora, desprotegidos”, puntualiza, y añade que “obviamente” a esto se agrega la influencia del cambio climático.
Recomendaciones
Por último, Magliano realizó una serie de recomendaciones de cara al verano.
Además de usar vestimenta adecuada y sombreros de ala ancha, el especialista aconseja no bajar a la playa en los horarios en los que la radiación solar hace más daño: entre las 10:00 y las 16:00.
En la playa, mejor buscar la sombra y recordar que el sol refleja en la arena y en el agua, “por más que estemos abajo de las sombrillas”. Asimismo, hace énfasis en el uso del protector en áreas descubiertas, al tiempo que recuerda que el filtro solar dura de dos a tres horas y hay que reaplicarlo; lo mismo después de meterse en el agua, ensuciarse con arena o transpirar mucho.
En tanto, el especialista aconseja que los lentes de sol sean comprados en óptica y tengan filtro para radiación ultravioleta. Si son “truchos”, hacen más daño porque la pupila se dilata debido al vidrio oscuro y, al no tener filtro, entra más radiación.
Iniciativas que sí
La línea de productos La Roche-Posay, en asociación con la Cátedra de Dermatología del Hospital de Clínicas, puso a disposición de la población chequeos gratuitos de lunares con dermatólogos y postgrados en dermatología durante los días sábado 12 de noviembre y el domingo 13 de noviembre, en la explanada de Tres Cruces.
Esta iniciativa se enmarca en una campaña de prevención contra el cáncer de piel, que busca educar para concientizar sobre la importancia de la detección temprana.
“Para nosotros como marca es clave realizar este tipo de iniciativas tan relevantes a nivel social. Consideramos que el cuidado de la piel queda muchas veces en segundo plano o que solo se tiene en cuenta a nivel estético y no de la salud, cuando la piel es en realidad el órgano más grande del cuerpo”, indicó Annouk Horion, gerenta de Marketing de la marca.
A la vez que enfatizó en la importancia de realizarse chequeos, “ya que 1 de cada 3 cánceres es de piel y el 90 % de los casos son curables si se detectan a tiempo”.