Harvey Weinstein, el exproductor de Hollywood cuya caída en 2017 dio origen al movimiento global #MeToo, volverá a sentarse en el banquillo este martes en Nueva York. El juicio, que podría extenderse hasta seis semanas, llega tras la anulación de su condena anterior a 23 años de prisión por errores procesales.
El Tribunal de Apelaciones de Nueva York anuló la sentencia en abril de 2024, alegando que el juez había permitido testimonios de mujeres cuyos casos no formaban parte del proceso. La decisión fue considerada un duro golpe al movimiento #MeToo y una señal de los obstáculos que todavía enfrentan las víctimas de violencia sexual.
Un caso que marcó una época
Weinstein, de 73 años, fue declarado culpable en 2020 de la agresión sexual a Mimi Haleyi, exasistente de producción, en 2006, y de la violación de la actriz Jessica Mann en 2013. Ahora será juzgado nuevamente por esos mismos hechos y por una nueva acusación de agresión sexual ocurrida también en 2006 en un hotel de Manhattan.
La selección del jurado comienza este martes en el Tribunal Supremo de Manhattan, y podría extenderse por cinco días, según estimó el juez Curtis Farber.
Actualmente, Weinstein se encuentra detenido en la cárcel de Rikers Island y cumple además una condena separada de 16 años en Los Ángeles por violación y agresión sexual contra una actriz europea en 2013.
De productor estrella a símbolo de abuso de poder
Fundador de la productora Miramax junto a su hermano Bob, Weinstein fue responsable de títulos emblemáticos como Pulp Fiction, Shakespeare in Love o El paciente inglés. Pero en 2017, reportajes de The New York Times y The New Yorker revelaron una larga historia de abusos sexuales encubiertos, lo que desencadenó su caída y dio fuerza al movimiento #MeToo.
Más de 80 mujeres lo han acusado de acoso, agresión sexual o violación, incluidas figuras como Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Ashley Judd.
Una nueva mirada y una defensa más agresiva
El abogado de Weinstein, Arthur Aidala, asegura que este juicio será “muy diferente” al anterior: “Será sobre los hechos, no sobre el #MeToo”. Afirma que el clima social ha cambiado: “Hace cinco años la gente gritaba ‘es un violador’, pero todo eso se ha calmado”.
Aun así, se espera que las principales denunciantes vuelvan a testificar. “Este caso ilustra los desafíos que enfrentan las víctimas en su búsqueda de justicia”, señaló Laura Palumbo, del Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual.
Weinstein apareció en las últimas audiencias visiblemente deteriorado, con problemas de salud como cáncer de médula ósea y afecciones cardíacas. Sin embargo, continúa alegando que todas sus relaciones fueron consensuadas y niega haber cometido delitos.
Con información de EFE
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